IDB - Inter-American Development Bank

10/15/2024 | Press release | Distributed by Public on 10/15/2024 10:55

Huracanes, confianza y el papel de las ayudas: lecciones aprendidas del terremoto de Ciudad de México en 2017


A finales de septiembre y principios de octubre del año en curso, los huracanes Helene y Milton arrasaron el sureste de Estados Unidos, dejando a su paso ciudades devastadas, hogares destruidos y decenas de muertos. Este desastre representó un gran desafío tanto para los equipos de respuesta a emergencias como para la capacidad de las instituciones políticas de mantener la confianza de sus ciudadanos.

Algunos estudios de investigación han demostrado que los desastres naturales a menudo socavan los cimientos de la confianza política, la cual es un factor fundamental para lograr una gobernanza eficiente, sobre todo en tiempos de crisis. Tras este tipo de desastres, los ciudadanos recurren a su gobierno en busca de liderazgo, apoyo y ayudas para la recuperación. Si no existe este apoyo o si está mal gestionado, se puede registrar una considerable disminución en los niveles de confianza política, agravando el ya difícil camino hacia la recuperación. Pero cuando el gobierno responde con rapidez y de manera coordinada, y la ciudadanía siente el respaldo de su gobierno, la confianza política puede sobrevivir intacta o incluso aumentar.

En un estudio reciente, realizado con algunos de mis colegas y publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), exploramos este fenómeno a raíz del terremoto de 2017 en Ciudad de México. El terremoto de magnitud 7,1 que sacudió a la ciudad el 19 de septiembre de 2017 dejó 369 muertos, miles de heridos y daños generalizados. Aunque la atención se centró de inmediato en la reconstrucción y las labores de rescate, nosotros queríamos entender cómo había afectado el desastre la confianza de los ciudadanos en sus instituciones políticas y qué papel, si alguno, habían desempeñado las ayudas a la hora de mitigar la pérdida de fe.

Confianza política en tiempos de crisis

La confianza política, entendida como la creencia de los ciudadanos en que su gobierno actuará con integridad y competencia, es un elemento fundamental de una democracia eficiente. Los desastres pueden poner a prueba esta confianza. En nuestro estudio encontramos que el terremoto provocó una disminución del 11% en la confianza política general de los habitantes de Ciudad de México, lo cual es bastante preocupante, dado que cuando la confianza en el gobierno es baja, resulta menos probable que la ciudadanía apoye las políticas públicas, en particular aquellas destinadas al bienestar a largo plazo y a la prevención de desastres.

Una de las preguntas centrales que tratamos de responder era si la distribución de las ayudas podía contribuir a restaurar la confianza política tras un desastre de ese tipo. Nuestras conclusiones sugieren que sí puede desempeñar un papel decisivo, pero únicamente bajo determinadas condiciones. Por ejemplo, los residentes que vivían cerca de los centros de distribución de ayuda en Ciudad de México manifestaron mayores niveles de confianza que aquellos que no tenían fácil acceso a dichos centros. El simple hecho de saber que el gobierno estaba proporcionando ayudas de manera visible, accesible y cercana parecía ofrecer cierta tranquilidad a las comunidades afectadas.

La distribución de las ayudas

Pero eso no constituye ninguna garantía. Aunque la proximidad de las ayudas puede restaurar la confianza de algunas personas, el proceso de distribución debe percibirse como justo y eficaz. En situaciones de ayudas mal gestionadas o de sospechas de corrupción, la confianza puede mermarse aún más: una dinámica particularmente pertinente en países o regiones con instituciones más débiles o con respuestas inadecuadas por parte del gobierno.

Mientras las comunidades a lo largo y ancho de Estados Unidos sigan bajo la amenaza de huracanes y otros desastres naturales, vale la pena tener en cuenta las lecciones aprendidas del terremoto de Ciudad de México: la forma en que se distribuyen las ayudas tras un desastre tiene profundas repercusiones no solo para la recuperación inmediata, sino para la salud política a largo plazo de una comunidad, con factores cruciales en juego:

  1. La rapidez y la transparencia son importantes: los gobiernos deben actuar con rapidez y transparencia en sus esfuerzos de ayuda en caso de desastre. Cuanto más rápida y visible sea la respuesta, más probable será que los ciudadanos mantengan o recuperen la confianza en sus instituciones políticas en caso de que la hayan perdido.
  2. Acceso equitativo a las ayudas: no basta con proporcionar ayudas; hay que distribuirlas de manera equitativa. Las comunidades que se sienten desatendidas o ignoradas probablemente perderán confianza en las instituciones. La equidad en la distribución de ayudas es clave para evitar un sentimiento de abandono.
  3. Forjar confianza más allá de los desastres: por último, es importante reconocer que los desastres no solo representan desafíos para la confianza política; sino oportunidades para forjarla. Cuando los gobiernos responden bien, pueden reforzar su vínculo con los ciudadanos y fomentar la resiliencia ante futuros desafíos.

El cambio climático y los desafíos del futuro

La confianza política, como lo argumentamos en nuestro libro sobre la confianza, es fundamental para la legitimidad democrática, la gobernanza representativa y la eficacia de las políticas públicas. Es demasiado prematuro saber cómo evaluarán los millones de ciudadanos afectados en el sureste de Estados Unidos los esfuerzos de rescate y emergencia desplegados tras los huracanes Milton y Helene, dos tormentas de proporciones históricas. Pero a medida que se agraven los efectos del cambio climático, la frecuencia de los desastres naturales aumentará y será cada vez más apremiante comprender la relación entre la confianza política y la respuesta a los desastres. Las lecciones aprendidas en Ciudad de México nos recuerdan que la confianza política es frágil, pero que, con un enfoque adecuado, es posible restaurarla o aumentarla, incluso en los momentos más difíciles.