12/16/2024 | Press release | Distributed by Public on 12/17/2024 09:02
Eliana es parte de los cerca de 1,5 millones de refugiados y migrantes venezolanos que han llegado al Perú desde 2017, representando alrededor del 3% de la población total nacional. Ella forma parte de la población joven en edad de trabajar, ya que el 70% de los refugiados y migrantes venezolanos se encuentra entre los 15 y 64 años, comparado con el 64% de los peruanos en el mismo rango etario. Además, el 31,5% de los venezolanos ha alcanzado la educación terciaria universitaria, comparado con 20% de los peruanos, lo que representa un talento y capital humano significativo para el país.
La migración: un motor de desarrollo
El impacto de los flujos migratorios como el proveniente de Venezuela depende en gran medida de las políticas públicas adoptadas y del apoyo ciudadano. Con una gestión migratoria activa y oportuna, la movilidad humana puede representar oportunidades tanto para la población migrante como para la de acogida. Aunque la llegada de migrantes puede acarrear costos iniciales, con las medidas adecuadas, se puede potenciar el crecimiento económico y el bienestar colectivo.
Entre 2018 y 2022, por cada sol invertido en refugiados y migrantes venezolanos, el país recibió 2,6 soles de retorno. La capacidad de continuar aprovechando estos beneficios está directamente relacionada con los procesos de identificación, regularización e integración socioeconómica de la población refugiada y migrante en Perú.
Situación actual: avances y desafíos
El estudio "Un encuentro de oportunidades: la movilidad humana de Venezuela y el desarrollo del Perú", realizado por el Banco Mundial con el apoyo de ACNUR, muestra que los principales avances de la gestión migratoria se concentran en la cobertura y acceso a servicios básicos, como salud y educación, e inclusión financiera. Por ejemplo, en 2022, el acceso al Sistema Integral de Salud (SIS) para las personas venezolanas aumentó en 18,5 puntos porcentuales en comparación con 2018.
Asimismo, la tasa de asistencia escolar de las niñas, niños y adolescentes (NNA) refugiados y migrantes aumentó del 38% en 2018 al 65% en 2022. El país también ha experimentado mayores niveles de inclusión financiera gracias al incremento del acceso a cuentas bancarias (53,7%) en 2022, un 10% más respecto a 2018, impulsado por el uso de billeteras digitales.
No obstante, los retos y las necesidades de esta población evolucionan y las barreras para la inclusión se mantienen. La pobreza en el Perú se ha incrementado durante los últimos años, afectando de manera desproporcionada a las poblaciones vulnerables, incluyendo la población de acogida y la venezolana. Entre 2018 y 2022, la pobreza monetaria casi se duplicó entre los peruanos, pasando del 12,2% al 24,1%, mientras que entre los venezolanos se triplicó, aumentando del 10,5% al 31,6%.
Otro de los retos que subsisten es la inclusión económica y laboral. Aunque la tasa de participación laboral de los venezolanos en el Perú es del 82%, superior a la tasa promedio de los peruanos, muchos enfrentan barreras considerables para acceder a empleos acordes con sus habilidades y experiencia, lo que limita su capacidad de contribuir al mercado laboral. En este caso, los programas de regularización han demostrado tener impactos positivos en los salarios, especialmente para aquellos con mayor educación. Por lo tanto, la regularización es fundamental para que los derechos de los migrantes sean garantizados y puedan aportar a la sociedad.
Una ventana de oportunidad
A la fecha, Perú ha avanzado en la adaptación de sus marcos regulatorios y en la creación de herramientas innovadoras como la Mesa de Trabajo Intersectorial para la Gestión Migratoria. Sin embargo, la movilidad humana y el contexto nacional evolucionan, abriendo nuevas ventanas de oportunidad.
El próximo año, Perú deberá decidir sobre su Política Nacional Migratoria 2017-2025. Durante este proceso, será clave fortalecer la gobernanza y el acceso al territorio, promover la inclusión social y mitigar la xenofobia, fomentar la inclusión en el piso nacional de protección social, facilitar el acceso al mercado laboral y financiero, mejorar el acceso a servicios y velar por una integración con enfoque de género. Asimismo, será crucial reconocer las preocupaciones y la situación de la población peruana. De esta forma, si se gestiona adecuadamente, la migración puede ser un motor de desarrollo económico y social para el país, beneficiando tanto a la población peruana como a la extranjera.
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Autoras: Patricia Narvaez, Reyna Michelle Osorio, Carla Ugaz
Colaboradoras: Paula Rossiasco, Eliana Rueda, Karen Rojas y Maria Victoria Durán.