09/13/2024 | Press release | Distributed by Public on 09/13/2024 07:25
Las grietas abiertas del bloqueo
La Habana, 12 de septiembre de 2024.- En los últimos 30 años, Marilín Peña Pérez ha sido operada en varias ocasiones por la miopía aguda que, desde los ocho años, sufre. La córnea de la educadora popular y socióloga en el Centro Memorial Martin Luther King fue aplanada, ya no es cóncava, por lo que necesita tratamientos más avanzados con equipamientos especiales a los que Cuba no ha podido acceder, porque cuentan con un alto componente de tecnología estadounidense y se prohíbe su venta al país.
Marilín debe usar espejuelos con cilindros muy altos, difíciles de tallar. Además, como resultado de tantas operaciones, se generó un glaucoma, que la ha hecho dependiente de tres medicamentos en gotas para regular su presión ocular. Estos fármacos ya no se encuentran en nuestra red de farmacias en los últimos años, debido a la imposibilidad de adquirirlos directamente en los EE. UU., por los elevados costos en mercados lejanos y por el efecto integral del bloqueo en la capacidad de compra del país.
Esta historia se repite a lo largo y ancho de la Isla. Cambian los nombres, las edades, el padecimiento, e incluso el sector, pero la grieta imborrable está ahí, calando en las condiciones de vida y desarrollo de los cubanos.
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Del 1ro. de marzo de 2023 hasta el 29 de febrero de 2024, el bloqueo estadounidense causó daños y perjuicios materiales a Cuba estimados en el orden de los 5 mil 56,8 millones de dólares, lo que significa un incremento de 189,8 millones con respecto a la cifra reportada en el informe anterior.
Esto representa una afectación aproximada de más de 421 millones de dólares mensuales, más de 13,8 millones de dólares diarios, y más de 575 683 dólares en daños por cada hora de bloqueo.
A precios corrientes, los daños acumulados durante más de seis décadas de aplicación de esta política ascienden a 164 141,1 millones de dólares. Si tomamos en cuenta el comportamiento del dólar frente al valor del oro en el mercado internacional, el bloqueo ha provocado perjuicios cuantificables por más de un billón 499 mil 710 millones de dólares.
Así lo aseguró este jueves el miembro del Buró Político y ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla -al presentar ante la prensa nacional y extranjera la actualización del informe de los daños ocasionados por el bloqueo más prolongado y abarcador de la historia-, quien argumentó que, de no existir el bloqueo, se estima que el pib de Cuba pudo haber crecido alrededor de un 8 % en 2023.
Estos datos demuestran que los retos actuales de la realidad cubana tendrían mejor y más fácil solución si Cuba pudiera disponer de los cuantiosos recursos de los cuales el bloqueo la priva.
En el periodo que abarca el análisis, las acciones de ee. uu. se enfocaron en identificar y perseguir las principales fuentes de ingreso de la economía cubana, en la aplicación estricta de las disposiciones de la Ley Helms-Burton, incluyendo aquellas que estipulan su alcance extraterritorial.
En ese sentido, permanecieron invariables las medidas unilaterales con mayor impacto sobre la población y la economía cubanas, lo que reprodujo y agravó los efectos de este sistema coercitivo unilateral.
Entre los últimos pasos del Gobierno que ocupa la Casa Blanca, el Canciller resumió la descontinuación, en mayo de 2024, de la injustificada práctica de tildar a Cuba como Estado que no coopera plenamente con los esfuerzos antiterroristas de ese país.
Esa calificación, dijo, constituía una calumnia más, pero sin impacto práctico, al no conllevar medidas económicas coercitivas unilaterales. Es decir, esta decisión no implicó la flexibilización o levantamiento de ninguna de las medidas que forman parte del bloqueo, ni de las adicionales que provocan la presencia de la nación caribeña en la lista de Estados supuestamente patrocinadores del terrorismo.
«Fue una decisión limitada, que hace aún más confusa e injustificable la permanencia de Cuba en ese listado, en el que nunca debió figurar», reclamó.
Asimismo, argumentó que los anuncios estadounidenses del día 28 de ese mismo mes, sobre algunos cambios en el marco regulatorio del bloqueo referido al sector privado, tampoco modificaron el cuerpo fundamental de esta política.
No eliminan ni modifican las medidas coercitivas que más afectan hoy a la economía y a los servicios públicos, sino que «responden al objetivo de fragmentar la sociedad cubana y castigar al sector no estatal».
Rodríguez Parrilla mencionó que la ofensiva contra el turismo, la alegación de ataques sónicos inexistentes a diplomáticos estadounidenses, como justificación para calificar a Cuba como un país poco seguro, la persecución de los convenios de cooperación médica internacional, entre otros, responden a un diseño perfeccionado, dirigido a impedir la entrada de los ingresos imprescindibles para atender las necesidades crecientes de la población.
El Gobierno de EE. UU. despejó cualquier duda respecto a la naturaleza cruel y genocida del bloqueo, cuando utilizó el peor momento de la pandemia de la covid-19 para imponer medidas adicionales a los cubanos: reforzó la prohibición de importaciones como los ventiladores pulmonares; aplicó medidas que afectaron el escalado industrial de las vacunas cubanas contra el virus, y llegó a impedir la importación de oxígeno desde terceros países.
Todas las dificultades de la sociedad cubana no se deben exclusivamente al bloqueo -reconoció el Ministro de Relaciones Exteriores-, «pero faltaría a la verdad quien no lo identifique como el principal obstáculo para nuestro desarrollo. Ningún país, incluso con economías mucho más prósperas y robustas, podría enfrentar una agresión tan despiadada».
Es inaceptable, agregó, que la Oficina Oval desconozca e ignore el llamado de la comunidad internacional para poner fin a esta política ilegal, reflejado en las 31 resoluciones adoptadas por la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto contra Cuba.
LAS CONSECUENCIAS DE UNA POLÍTICA INHUMANA