12/17/2024 | Press release | Distributed by Public on 12/17/2024 12:28
Foto: Leonardo Reina.
Carlos Hernández Osorio
Como somero preámbulo para hablar de lo que hace, la argentina Mayki Gorosito dijo apenas se paró detrás del atril, ante un auditorio en Bogotá: "Vengo a hablarles de lo más horroroso que nos sucedió como argentinos, de la dictadura cívico militar (1976-1983)". Le dio play a un video que mostró testimonios de víctimas que en esos años fueron torturadas en el Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio de la Escuela de Mecánica de la Armada, la Esma. Pero a continuación, con aire entusiasta, resaltó cómo en ese lugar se construyó el Museo Sitio de Memoria ESMA, "una parte", dijo, "de las políticas de memoria y verdad que supimos construir".
Gorosito es la directora Ejecutiva de ese Museo y llegó a Bogotá a explicar el proceso por el que la Unesco lo incluyó en su Lista de Patrimonio Mundial en 2023. Fue una de las invitadas internacionales del XII Encuentro Nacional de Patrimonio, que organizó la Dirección de Patrimonio del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes del 24 al 27 de noviembre.
En esta entrevista, reflexiona sobre la relación entre patrimonio y sitios de memoria, sobre la construcción de consensos alrededor de hechos del pasado y sobre la pedagogía ante los negacionismos.
Mayki Gorosito (M.G.): Cuando tuvimos que empezar a entablar los diálogos con los sectores del Estado argentino vinculados a la agenda del patrimonio nacional, fueron muy evidentes ciertas resistencias a considerar al Museo Sitio como un potencial patrimonio mundial. Y en los debates internacionales también se evidenciaron ciertos posicionamientos no afines a destacar el valor de los bienes vinculados a memorias traumáticas en el escenario mundial del patrimonio.
M.G.: Lo que pasa es que el estado argentino tiene capas de funcionariados, de segundas y terceras líneas, que son técnicos, no políticos, y asumen sus responsabilidades sin importar la ideología. Pero es muy importante resaltar que nosotros fuimos inaugurados durante un mandato presidencial en 2015 y atravesamos varias administraciones, sosteniendo el trabajo de la candidatura en diferentes gobiernos.
M.G.: ¿Cómo posicionar la memoria? Con mucho argumento, mucha fundamentación y mucho trabajo en conjunto. El patrimonio y la memoria están indisociados. La memoria y, en el caso del Museo Sitio, la memoria de los crímenes de lesa humanidad y del terrorismo de Estado en Argentina entre 1976 y 1983, es parte de nuestra identidad, de un pasado horroroso que debemos recordar. Y por eso lo tenemos que transformar en un patrimonio común de toda la humanidad porque el "nunca más" al terrorismo de Estado, el "nunca más" a la apropiación de identidades de niños y niñas, el "nunca más" a los secuestros, a las desapariciones forzadas se transforma, en el caso del Museo, en una institucionalidad del Estado, en una política pública, como parte de un patrimonio cultural que debe ser conocido y apropiado por todas y todos los ciudadanos.
M.G.: Cuando recuperamos la democracia el 83 hubo un abrazo de la sociedad argentina a la decisión del presidente Raúl Alfonsín de llevar a juicio a las Juntas Militares. Los consensos alcanzados en el Museo son fruto de esos consensos anteriores, de la convicción respecto al abrazo a la ética del "Nunca más". El museo estaba muy vinculado a la opinión de los organismos de derechos humanos, de los y las sobrevivientes, de los familiares de víctimas. Se generaron múltiples encuentros de debate, de reflexión y para la presentación de la propuesta. Las oposiciones que quedaron fueron mínimas y así se pudo avanzar.
También hay otros consensos, que son los de la justicia en el desarrollo de los juicios por crímenes de lesa humanidad. Y, también, el respeto a la lucha que dieron y al rol que jugaron los organismos de derechos humanos en la recuperación de la democracia en la Argentina y en la restitución de identidades a niños y niñas apropiados por la dictadura.
M.G.: Algunas posiciones decían que el edificio no debía ser transformado en una institucionalidad de memoria, de enseñanza y de transmisión, sino que tenía que quedar como se encontraba, sin ninguna apuesta museográfica. También hubo una propuesta para poner fotos en algún lugar de las salas del museo, pero familiares pidieron que esas fotos, las fotos de sus hijos o de sus hijas o de sus primos o tías, no estuvieran adentro del edificio, sino afuera. Los arquitectos tuvieron que hacer una reformulación de la propuesta para que fuera contemplada la apuesta museográfica, y se creó una piel de vidrio, o sea, paredes de vidrio antes de la puerta del museo, y allí están las fotos de los y las desaparecidas. Esos son unos ejemplos de lo que fue una discusión de años alrededor de la apuesta museográfica.
M.G.: Para diferentes aspectos. Uno es para el resguardo, defensa, preservación y conservación. Es muestra de los consensos regionales e internacionales, de la preocupación de los estados en conservar institucionalidades que breguen por la memoria, la verdad, la justicia y la reparación. Es un círculo más de protección. No son temas administrativos. Por ejemplo, el ingreso en la lista del patrimonio cultural del Mercosur implicó que los estados parte y los estados asociados consensuaran que el Museo Sitio de Memoria ESMA debe seguir funcionando como tal y debe contribuir a que otros estados del Mercosur tomen como una referencia esa política pública. Y en el caso de la Unesco ocurrió en el mismo sentido, a nivel mundial.
M.G.: La condición que tiene el museo de transmitir a través de lo que fue probado y condenado por la justicia es una herramienta muy importante. Tenemos una apuesta museográfica basada en testimonios de los y las sobrevivientes brindados ante la justicia, probados ante la justicia y condenados por la justicia. En el guion-texto que transmiten los y las guías ese es un pilar fundamental.
M.G.: Con diferencias en la visibilización de esos pensamientos negacionistas de cinco años para aquí, con más y menos fuerza, desde los organismos y de quienes trabajamos por la memoria desde diferentes lugares, desde la sociedad civil, los organismos de derechos humanos, los colectivos de sobrevivientes, los jueces, los fiscales, el periodismo, la estrategia siempre es volver a explicar, siempre, siempre, siempre.
En el caso del Museo, desde el año pasado recibimos más preguntas de los visitantes, especialmente de los y las estudiantes, que son quienes de martes a viernes más nos visitan. Y son más preguntas que evidencian una escucha de esos pensamientos negacionistas. Pero es muy importante que recibamos esas preguntas porque nos da la oportunidad de explicar con más amplitud que lo que sucedió en el centro clandestino y lo que sucedió en toda la Argentina con más de 800 centros ilegales de detención es algo que supera cualquier diferencia político-partidaria y que debe ser condenado por toda la humanidad.