10/13/2024 | Press release | Archived content
América Latina y el Caribe es la región más urbanizada del mundo en desarrollo, con aproximadamente el 80% de su población residente en áreas urbanas. Sin embargo, en algunos países, los porcentajes de población rural continúan siendo bastante elevados, como es el caso de Paraguay con un 37%.
De la población que vive en zonas rurales, es importante destacar que un gran porcentaje vive en situación de pobreza, excluidos de los servicios básicos como salud, educación, infraestructura, empleo, entre otros. Un dato no menor es que, dentro de este grupo, las mujeres, los pueblos indígenas y las poblaciones afrodescendientes se encuentran sobrerrepresentados.
En América Latina viven, al menos, 58 millones de mujeres en zonas rurales cuyos derechos se ven constantemente vulnerados debido a las desigualdades de género, la pobreza sistémica y la crisis climática, que amenaza su sustento de vida. Paraguay es el país de Sudamérica con la mayor proporción de población rural. A pesar de la vital contribución que realizan las mujeres rurales, enfrentan numerosos desafíos en su día a día.
Más del 50% de las mujeres rurales en edad de trabajar en Paraguay no participan en ninguna actividad económica. Entre las que sí trabajan, aproximadamente el 25% son trabajadoras familiares no remuneradas y el 42% son cuentapropistas (en comparación con el 5% y el 28%, respectivamente, en las zonas urbanas).
Además, las mujeres rurales destinan más tiempo al trabajo no remunerado y a las tareas domésticas. En este contexto, las brechas de género en las oportunidades económicas se acentúan debido a los estereotipos y a las barreras estructurales como el acceso a servicios básicos.
En el último Censo Agropecuario Nacional (CAN) 2022, implementado por el Ministerio de Agricultura y Ganadería, con el apoyo financiero y técnico del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se revelaron datos significativos sobre la realidad de las mujeres paraguayas que residen en las zonas rurales.
Estos hallazgos reflejados en el CAN 2002 nos permite tener un acercamiento a la realidad de las mujeres rurales y, en especial, de las mujeres que se dedican a la agricultura. De la misma forma, las brechas existentes entre mujeres y hombres en el país reflejan la importancia de promover políticas públicas que fortalezcan las oportunidades y mejoren las condiciones de las mujeres en este sector.
En este contexto, el BID, con su compromiso de mejorar las oportunidades de las mujeres en el país, estará implementando la iniciativa Kuña Mimbi (Mujer Brillante) junto con el Ministerio de la Mujer. Esta iniciativa ofrecerá a las productoras de los departamentos de Caaguazú, San Pedro y Ñeembucú capacitaciones en el uso de tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para la comercialización de sus productos.
Asimismo, busca fortalecer la coordinación interinstitucional a nivel subnacional entre los diversos actores con el objetivo de garantizar que este acompañamiento sea más sostenible a largo plazo.
La inclusión activa de las mujeres rurales y la promoción de oportunidades equitativas a través de programas y proyectos contribuyen a fortalecer su autonomía física, económica y política. Atender los desafíos del ámbito rural es fundamental para mejorar los indicadores económicos, sociales y ambientales de cualquier país.