European External Action Service

10/28/2024 | Press release | Distributed by Public on 10/28/2024 10:40

Union for the Mediterranean: Press remarks by High Representative/Vice-President Josep Borrell following the 9th Regional Forum

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Muchas gracias a todos ustedes, y muy en particular gracias al ministro [de política exterior José Manuel] Albares, y al gobierno español por acoger esta conferencia. Al secretario general [de la Unión por el Mediterráneo], Nasser Kamel, por la organización de la misma, y a mi amigo, el co-chair, el copresidente de la reunión, el ministro jordano [Ayman] Safadi.

Ha sido una excelente cooperación entre el país que nos acoge, la secretaría general de la organización y los dos copresidentes. Gracias a todos los que han asistido a ella.

No está de más recordar que el proceso de Barcelona del que esta organización, the Union for the Mediterranean o la Unión por el Mediterráneo, es la heredera. Se creó en 1995, al tiempo en el que el [ex] primer ministro de Israel, [Yitzhak] Rabin, fue asesinado. Esa creación de un proceso que luego se concretó en una organización, la Unión por el Mediterráneo, era parte de la respuesta internacional a ese asesinato, para intentar volver a encontrar la vía para encontrar la paz entre Israel y Palestina, [ya] que quienes mataron a Rabin sabían que al matarlo a él también mataban el proceso de paz.

El objetivo de la Unión por el Mediterráneo era que todos los países de esta cuenca - incluyendo israelitas y palestinos - pudiesen trabajar juntos para crear un área de paz y estabilidad. Desgraciadamente, en la historia [este objetivo] no se ha escrito [concretado] así.

Ya el año pasado, a la iniciativa de España y otros países europeos, quisimos que esta plataforma sirviera para discutir el conflicto y las trágicas consecuencias humanas de la situación en Gaza - y su desbordamiento en el conjunto de la región.

Eran dos meses después de los ataques terroristas de Hamás, después del 7 de octubre. En ese momento aquí acudieron no solo los países vecinos del mediterráneo, sino otros muchos del mundo árabe, para tratar de encontrar juntos una manera de detener esa extensión del conflicto.

Un año después, nos hemos encontrado de nuevo aquí, hemos vuelto a hablar de lo mismo, pero en [peores condiciones], mucho peores.

Ayer, el secretario general de las Naciones Unidas, [António Guterres], emitió un comunicado donde decía literalmente que estaba completamente abrumado por la situación en el Norte de Gaza; por el número de muertos; por el número de heridos abandonados; por la total destrucción de ese territorio; por [los] centenares de muertos desde que el día 7 de octubre pasado se cortaron las comunicaciones y se inició la ofensiva del Ejército de Israel contra esa parte del territorio, con las comunicaciones cortadas, el mayor black-out informativo de la historia de una guerra en la que participa un Estado democrático, con más de 60.000 personas empujadas fuera de sus casas. No queda nada de sus casas; los hospitales, destruidos y los que allí se han quedado, abandonados a su suerte.

Esta es la descripción que hace el secretario general de las Naciones Unidas, [António Guterres], y todos sus organismos, y también la descripción que recoge hoy la prensa internacional.

Este ha sido el telón de fondo de nuestra discusión, una discusión en la que todos o casi todos han lamentado la situación que he descrito, expresado su preocupación, e intentado encontrar soluciones que eviten la escalada de las hostilidades en el West Bank y en el Líbano.

No voy a repetir lo que ha dicho ministro español [de política exterior, José Manuel Albares] ya y de lo que estoy seguro que se harán eco también mi copresidente, y el secretario general.

Hoy 2 millones de personas - el 90% de la población de Gaza - está en situación de extrema inseguridad alimentaria. Aproximadamente 150.000 están pura y simplemente en el hambre.

Esta situación, que todavía no acaba de ser [terminada], no se puede [terminar] sin tener en cuenta la situación del sistema sanitario, con hospitales completamente destruidos y sin observadores internacionales que puedan aportar más información.

Es cierto que Israel siempre justifica sus ataques porque allí donde los hace cree que hay un terrorista. Pero hay una cosa que se llama proporcionalidad, en la respuesta [de un Estado]. Hay una cosa que se llama tener en cuenta las víctimas colaterales en cualquier conflicto. Desgraciadamente, las Naciones Unidas avisan que el número de personas que sufren de aguda malnutrición - que es el eufemismo con el cual llamamos al hambre - se puede multiplicar por tres en los próximos meses.

Aquí todos hemos rechazado cualquier desplazamiento forzoso de los palestinos que quedan en Gaza. En particular, los que pueden ser empujados desde el West Bank hacia Jordania. En el Líbano también los civiles están pagando un precio muy alto [en] esta escalada militar que ha cruzado todas las líneas rojas - incluyendo los ataques a UNIFIL, [la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano].

[Unos] ataques que tienen que ser no solo condenados, sino también [atribuidos a] quien los hace. Decir que hay ataques contra UNIFIL sin decir quién es el que los hace es ocultar parte de la verdad. Quien los hace es el Ejército de Israel. Por lo tanto, hay que condenar al Ejército de Israel, no a un ser innominado. Hay que condenar a quien hace lo que condenamos, de lo contrario, la condena se queda corta.

Hace falta un inmediato alto el fuego [que se implemente] en la línea azul y que se cumpla una resolución - que [tiene una antigüedad] de más de 20 años. Hay que evitar que quien tiene la fuerza intente reconstruir Oriente Medio a través de la violencia y la destrucción. Creando unas situaciones de extrema fragilidad en la población.

Lo ha dicho Hassan Salameh, el que fue enviado especial de las Naciones Unidas para Libia. Sus palabras son muy claras, y hacen referencia a la responsabilidad que tiene en la comunidad internacional para evitar lo peor. Para encontrar una solución política que permita salir de esta situación que cada día lleva a más gente a la desesperación y siembra las semillas del odio que va a agitar a generaciones enteras.

Al mismo tiempo, sí, buena parte de los rehenes siguen todavía detenidos en Gaza. Hay que pedir una vez más su inmediata liberación, como parte de este proceso que conduzca a un alto el fuego.

Pero hay que acabar con la impunidad. Hay que dejar de lamentar las cosas para empezar a tomar medidas que impidan que sigan ocurriendo. Porque hasta ahora nadie parece haber sido capaz de conseguir que el gobierno de Netanyahu detenga las acciones que está llevando a cabo.

Hace unos días en París, en una conferencia para la ayuda al Líbano, el presidente [francés, Emmanuel] Macron dijo - y lo dijo con razón - que quien pretende defender la civilización no puede practicar la barbarie. Este es un momento en el que los países vecinos del Mediterráneo han hecho oír su voz, pidiendo que se encuentre una solución política a este conflicto que no puede ser otra - en eso también todos están de acuerdo - que un proceso que conduzca a la creación de un Estado para Palestina.

Aquí la palabra clave es implementation. No proclamar la necesidad, sino hacer lo necesario para que tal cosa ocurra. Hace 30 años que proclamamos que esa es la solución, [pero] sin actuar decididamente para conseguirla.

Para eso también nació la Unión para el Mediterráneo. Para ello ha jugado un papel que puede ser mucho mayor, [pero] para [que eso ocurra] faltan reformas en su funcionamiento, para hacerla más fuerte, [para] que tenga más poder de convocatoria. Que sea una verdadera plataforma para el diálogo y la cooperación - hoy aquí no está Israel.

[Hace falta] hacer que esta organización se adapte a la dinámica evolutiva de los desafíos a los que hace frente. Estamos hablando de la guerra, pero podríamos hablar también de la emigración - que es para la sociedad europea un elemento de preocupación, vivido de manera distinta en unos países que y en otros. Con soluciones diferentes, en unos países y en otros.

[Está] la dinámica demográfica y económica, que es a la vez un problema, pero también una solución. Es un buen momento para recordar que no hay en el mundo una frontera más desigual que el Mediterráneo. No hay un río, una montaña, un mar, que separe a dos realidades tan diferentes, en sus dinámicas demográficas y en sus niveles de renta.

Eso genera inevitablemente, una fuerza atractiva. Las diferencias demográficas y las diferencias de renta producen una corriente que empuja a seres humanos intentando buscar un futuro mejor y a veces intentando salvar sus vidas huyendo de la guerra o la persecución. Aun sí, al hacerlo poniendo [sus vidas] en riesgo.

Quiero señalar el esfuerzo que hace en particular España para afrontar la migración no solamente como un problema, sino también como una oportunidad. Espero que, en el próximo foro, cuando se cumplan 30 años de inicio del Proceso de Barcelona, esta reunión sea capaz no solo de lamentar, sino también de proponer acciones, más acciones.

Para eso necesitará seguramente más recursos, más apoyo político, reformas internas que el secretario general está impulsando y mi copresidente el ministro jordano ha puesto sobre la mesa con decisión - y que estoy seguro de que España apoyará.

Esta es mi última reunión como [alto] representante de la Unión Europea en este foro. Quiero agradecer a todos mis colegas ministros la cooperación que he encontrado en ellos durante este tiempo a ustedes la atención que han prestado, pero no puedo dejar de decirles que dejo esta reunión con un sentimiento de tristeza y amargura.

No hemos conseguido evitar que cada día la situación vaya a peor. Que más inocentes mueran en el peso de un conflicto que hay que detener. Solamente se detendrá si la comunidad internacional deja de lamentar y pasa a actuar.

Muchas gracias.

Q&A

Q: Given the ongoing conflict in Gaza and Lebanon, is the European Union considering imposing new sanctions on Israel or stopping the economic and military cooperation to increase pressure for a ceasefire, or to push for peace efforts?

La Unión Europea no suministra apoyo militar a Israel. Si lo hacen, lo hacen algunos Estados miembros. Algunos Estados miembros han decidido dejar de hacerlo; otros consideran, [en ejercicio de] su libre decisión política y soberana, que quieren continuar haciéndolo. La Unión Europea no participa en ninguna clase de ayuda militar a Israel. Por supuesto, tenemos con Israel el Acuerdo de asociación más completo que tenemos con, creo, ningún otro país en el mundo. [Son] unas relaciones muy intensas en todos los aspectos: económicos, culturales, comerciales, por supuesto. Este Acuerdo de asociación tiene también una parte política donde hay obligaciones mutuas, en particular en lo que se refiere a la cuestión de los derechos humanos. Como usted sabe, al menos dos [países europeos], España e Irlanda, se han dirigido a las instituciones europeas, en particular a la presidencia de la Comisión, pero también al Alto Representante, para que analicen si eso que hemos estado describiendo es algo que se puede considerar compatible con las obligaciones que tienen las partes que suscriben este acuerdo de asociación. Hasta ahora la Comisión Europea no ha dado ninguna respuesta a esta cuestión y, como anticipé en el pasado Consejo de Asuntos Exteriores, es el Consejo [de la Unión Europea] quien debería realizarla. Eso me propongo que ocurra en el próximo Consejo [de política exterior], porque, además, el ministro español está aquí para hablar en su nombre, el Gobierno español insiste en que tal cosa se haga. Por mi parte, utilizando las capacidades que tengo como Alto Representante, he pedido a los Estados miembros que adopten un paquete de sanciones que incluye a distintos responsables de organizaciones de colonos en el West Bank. Consideramos o considero que son responsables de actuaciones violentas contra los habitantes palestinos de esta parte de los territorios ocupados. En particular, no es ningún secreto, pero no tengo inconveniente en reiterarlo, también he pedido que se sancionen a dos ministros del Gobierno de Israel, los [ministros de Finanzas, Bezalel] Smotrich y [de Seguridad Nacional, Itamar] Ben-Gvir. Considero que se han [percibido] los mensajes de odio hacia los palestinos y en el impulso hacia las acciones que han tenido lugar en el West Bank y que hemos condenado. Si condenamos las acciones, quizá sería también bueno que condenáramos a quienes las impulsan, pero yo solo tengo una capacidad de propuesta. La decisión corresponde a los Estados miembros y, desde que la propuse, la están estudiando.

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