11/30/2021 | Press release | Distributed by Public on 11/30/2021 11:53
Un 30 de noviembre de hace ya 50 años, la central hidroeléctrica de Tavascan producía su primer megavatio de potencia. Medio siglo y más de 7.323.000 MWh después, la central continúa aprovechando la fuerza del agua para producir energía libre de emisiones con sistemas, eso sí, de tecnología punta y en gran parte digitalizados. En complejo hidroeléctrico, que tiene la singularidad de encontrarse a 500 metros de profundidad dentro de la montaña y contar con uno de los saltos de agua más importantes de Europa, marcó el devenir económico y social del territorio, y todavía hoy es un eje vertebrador del mismo.
Con motivo de su 50.º aniversario, Endesa y el Ayuntamiento de Lladorre presentaron el pasado mes de julio un logo conmemorativo, creado especialmente para la ocasión, así como un calendario de actos de celebración que está previsto que se realicen en los próximos meses, tales como un acto institucional en la central o un webinar sobre la historia de la misma. De momento, entre las acciones llevadas a cabo, destacan la inauguración de un nuevo espacio expositivo realizado por la Fundación Endesa y que se puede ver en las visitas guiadas a la central, así como la instalación de una turbina en la rotonda de salida del pueblo de Tavascan. Se trata de una turbina de tipo Pelton, que funcionó en la central de Tavascan entre los años 1971 y 2010, y que desde hace unas semanas recuerda a visitantes y habitantes del entorno la importancia y el compromiso de esta infraestructura en el pasado, y también en el presente y el futuro, del territorio.
El estudio y la planificación del proyecto se iniciaron en el año 1958, cuando los primeros topógrafos se trasladaron a la zona para proyectar la nueva carretera de acceso y adecuar el puente sobre el río Noguera Pallaresa, en Llavorsí, para permitir el paso de vehículos de gran tonelaje. Así, además de abrir carreteras y pistas de montaña y construir campamentos, fue necesario crear presas en los lagos para aumentar su capacidad de almacenamiento, perforar la roca para ubicar en su interior las centrales subterráneas, así como instalar válvulas bajo los lagos. Se construyeron hasta 75 kilómetros de túneles, tuberías, canales y galerías de servicio, además de líneas de alta y baja tensión.