Seguridad vial en El Salvador: fortaleciendo la protección de los motociclistas

El Salvador es uno de los países con las mayores tasas de muertes en siniestros viales en Latinoamérica y el Caribe. Cada año, se registran cerca de 22 muertes por cada 100,000 habitantes, una tasa un 30% más alta que la media regional (OMS, 2023). En respuesta a esta problemática, se han implementado diversas iniciativas, especialmente a raíz del crecimiento del parque automotor de motociclistas, quienes actualmente representan 39% del total de fallecidos por siniestros viales. Este fenómeno no se está dando únicamente en El Salvador, sino a nivel regional, por lo que el país ha trabajado en un capítulo específico sobre motociclistas en su Plan Estratégico de Seguridad Vial que puede servir como modelo para otros países de la región.

Plan de seguridad vial de motociclistas

El parque de motocicletas en El Salvador ha experimentado un crecimiento exponencial del 500% en los últimos 12 años. La versatilidad y la eficiencia económica que ofrece la motocicleta la convierten en una opción atractiva para muchos salvadoreños, pero este aumento en su uso también se traduce en mayores desafíos en términos de seguridad vial. Particularmente, los siniestros de tránsito en motocicletas han sido la causa de al menos una muerte diaria en El Salvador. A pesar de que se registró una disminución del 7% en la cantidad de muertes en las vías entre 2022 y 2023, los motociclistas registraron un aumento del 12% en el número de defunciones.

En respuesta a este reto, recientemente se lanzó el "Plan de seguridad vial de motociclistas de El Salvador - Capítulo de motociclistas del Plan Estratégico de Seguridad Vial 2024-2030". Este plan fue liderado por el BID, en conjunto con el Ministerio de Obras Públicas y el Fondo para la Atención a las víctimas de accidentes de tránsito (FONAT), y se empleó una metodología participativa-inmersiva, dónde se realizaron recorridos en campo que permitieron conocer dinámicas del uso de la moto en el país. Adicionalmente, permitió que todos los actores involucrados aportaran a la definición de problemas, estrategias y a su priorización, empleando un análisis institucional robusto, diseñado en el marco normativo del país y enfocado en que las acciones se puedan implementar en los tiempos previstos.

Con el objetivo de que en 2030 se reduzca en 50% el número de muertes de motociclistas en siniestros viales en el país, y con inversiones de más de 17 millones de dólares, el plan establece 26 acciones y nueve objetivos relacionados con la idoneidad de los conductores, trabajo en motocicleta, elementos de protección personal, infraestructura segura, vehículos seguros, control y el comportamiento humano, atención oportuna a las víctimas, y mercadotecnia que envuelve la comercialización de motocicletas. Cada acción cuenta con indicadores, línea base y una identificación de responsables y de instituciones de apoyo. Además, se definió un eje transversal, que incluye mejoras en los datos, una agenda legislativa y una agenda regulatoria.

Actualmente el BID sigue acompañando este proyecto, a través de una asistencia técnica para implementar algunas acciones, como la Norma Técnica de Cascos, próxima a ser lanzada. Estos esfuerzos están basados en la publicación "La motocicleta en América Latina: actualidad y buenas prácticas recomendadas para el cuidado de sus usuarios". Este estudio reúne la literatura disponible sobre la seguridad de los motociclistas y busca contribuir a la revisión de las regulaciones en diferentes países.

Otras iniciativas para la seguridad vial de los salvadoreños

En un esfuerzo por mejorar la seguridad vial en El Salvador, el BID ha apoyado otras acciones siguiendo su Estrategia de Seguridad Vial. Para evaluar las condiciones de seguridad vial de la red vial nacional de El Salvador, en 2023 realizó la evaluación de aproximadamente 1.400 km de la red vial pavimentada, es decir, del 33% de ella, a través de la metodología iRAP. Esta metodología permite evaluar en un rango de 1 a 5 estrellas las condiciones de seguridad vial, tanto para los ocupantes del vehículo como para los motociclistas, peatones y ciclistas. Los resultados generan una alerta importante y es que la mayor cantidad de vías tienen calificación de una estrella. En el caso de ocupantes, el 58% de vías tienen esta condición, 73% para motociclistas, 86% para peatones y 72% para ciclistas.

Estos resultados muestran una importante línea base, sobre la cual se puede medir el nivel de exposición de las vías de El Salvador, luego de la implementación de medidas que permitan gestionar la velocidad y proteger a los actores viales vulnerables, especialmente peatones y motociclistas, quienes tienen un mayor nivel de exposición en las vías.

El BID continúa fomentando proyectos de alto impacto como la asesoría para implementar Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (SOAT) a través del programa "Movernos Seguros", inspecciones técnicas vehiculares y Zonas de Tráfico Calmado en el Área Metropolitana de San Salvador.

Autor Invitado

Jorge Luis Riveros Rodriguez
Ingeniero Civil con estudios de posgrado en Tránsito, Diseño y Seguridad Vial de la Universidad Nacional de Colombia, con más de 10 años de experiencia en el sector público y privado. Ha asesorado a entidades como la Agencia Nacional de Seguridad Vial de Colombia, la Gobernación de Cundinamarca, la Secretaría Distrital de Movilidad de Bogotá, el Banco Interamericano de Desarrollo y Vital Strategies.

Destaca por la elaboración de Planes de Seguridad Vial para motociclistas en El Salvador, Colombia y Bogotá, así como por su contribución en normativas clave para los motociclistas en Colombia.

Además, colaboró en la revisión del Manual de Referencia de Conductores de Buenos Aires, consolidando su rol como experto en seguridad vial en América Latina. Actualmente, es Director de Consultoría en UKAN, consultora del BID para la implementación de algunas estrategias en El Salvador, y asesor de la Agencia Nacional de Seguridad Vial de Colombia.

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