11/19/2024 | Press release | Distributed by Public on 11/18/2024 19:17
El Chaco, una región que abarca 61% del Paraguay, es una pieza clave en el desarrollo productivo. Este territorio, alberga el 55% de la producción láctea y el 44% de la producción bovina del país, con casi 888 millones de litros de leche que se producen anualmente. Uno de los mayores desafíos para la región ha sido la falta de infraestructura vial adecuada. La importancia de las carreteras no solo radica en conectar a los productores con los mercados, sino también en fomentar el desarrollo económico y mejorar la calidad de vida de las personas.
El impacto de las carreteras en la economía
El agro en Paraguay es crucial para el desempeño económico del país, representando el 10,4% del PIB en 2023. El mal estado de los caminos, sobre todo en temporada de lluvias, provoca pérdidas significativas en la producción, especialmente en lechería y ganadería. Las rutas en mal estado afectan la capacidad de transporte, limitan el acceso a mercados y reducen las oportunidades de comercialización, lo que se traduce en grandes pérdidas para productores, consumidores, trabajadores. Todos perdemos.
En respuesta a esta situación, el BID respalda el mejoramiento de la infraestructura vial en Paraguay a través de inversiones significativas en el sector transporte. En los últimos 20 años, el BID ha aprobado operaciones por US$1.244 millones para la pavimentación y reconstrucción de más de 1.600 kilómetros de vías, incluyendo 478 kilómetros en el Chaco. Este esfuerzo ha sido crucial para mejorar la competitividad del Paraguay, a la vez que genera empleo directo e indirecto en la región.
La Ruta de la Leche: un proyecto transformador
Uno de los proyectos más significativos es el Programa de Mejoramiento y Conservación de Corredores Agroindustriales, conocido como la Ruta de la Leche, que permitió la pavimentación de 188 kilómetros de vías en el Chaco, conectando zonas clave para la producción. Antes del proyecto, se perdían cerca de 150.000 litros de leche diarios, cerca de un 35% de la producción mensual, debido a la falta de condiciones adecuadas para el transporte. Hoy, con caminos mejorados y transitables durante todo el año, los productores pueden enviar sus productos a las industrias locales de forma más eficiente, garantizando un suministro constante, maximizando el potencial productivo de la región y aportando a la seguridad alimentaria.
Este proyecto también beneficia a cerca de 60.000 personas que viven en la zona, incluidas 1.300 familias de pequeños productores y 6.000 de agricultores. Además, las industrias locales, también se ven favorecidas, lo que potencia el desarrollo económico en la región.
Los principales beneficiarios: las personas
Más allá de los beneficios económicos, las carreteras tienen un impacto profundo en las comunidades más vulnerables. En el Chaco, donde según el Censo viven importantes comunidades indígenas, el acceso a servicios y oportunidades ha sido históricamente limitado. La Ruta de la Leche mejoró las condiciones de transporte, y también el acceso a educación, salud y desarrollo social para estas comunidades, dabido, entre otras cosas, a la disminución de los costos logísticos gracias a la reducción de más de 30 minutos en tiempos de traslado.
Estas intervenciones beneficiaron a 605 familias indígenas, cerca de 3.000 personas. El programa también apoyó la construcción de aljibes y caminos de todo tiempo en áreas indígenas, mejorando la calidad de vida al garantizar el acceso a agua potable y facilitar la conectividad durante todo el año. Además, se capacitaron 138 estudiantes indígenas en oficios como albañilería, electricidad, mecánica de motos y plomería, lo que no solo les proporciona habilidades valiosas, sino también oportunidades de empleo sostenible y a más largo plazo.
Un futuro próspero y más inclusivo
La mejora de la infraestructura vial es un ejemplo claro de cómo las inversiones en carreteras facilitan el comercio y la producción, y además son fundamentales para el progreso social. Al mejorar la conectividad, no solo se fortalecen las industrias, sino que se abren nuevas oportunidades para las comunidades, contribuyendo a la reducción de la pobreza, la generación de empleo y la creación de un desarrollo inclusivo en el país.