IDB - Inter-American Development Bank

07/29/2024 | Press release | Distributed by Public on 07/29/2024 06:15

Cada pieza cuenta: la importancia de la coordinación en los Sistemas Integrales de Cuidados


Cuando era niña, iba al negocio de mi abuelo donde vendían y reparaban relojes. El me daba una lupa y dejaba que lo ayudara. Ante mis ojos aparecían resortes y piezas dentadas diminutas que conformaban el interior de cada reloj. Lo que más me gustaba era ver cómo se movían al mismo compás. Como toda niña curiosa, preguntaba a mi abuelo cuál era la pieza sin la cual el reloj no funcionaría. Él me explicaba que no importaba el tamaño ni la forma de las piezas, todas eran importantes y debían funcionar juntas para que el reloj pudiera cumplir su función: medir el tiempo y dar la hora exacta.

Con esa lección entendí la importancia de la coordinación y cómo cada componente, por pequeño que sea, es vital para el funcionamiento de todo un sistema. Los sistemas integrales de cuidados no solo mejoran vidas; sino que construyen sociedades más justas, equitativas y sostenibles. Para que eso sea así, al igual que el mecanismo de un reloj, necesitamos coordinar y conectar todas sus piezas.

¿Qué son los Sistemas Integrales de Cuidados?

Un sistema integral de cuidados puede definirse como el conjunto de regulaciones, instituciones y políticas diseñadas tanto para asistir y apoyar a las personas que lo requieran, como para reconocer, reducir y redistribuir el trabajo de cuidado no remunerado que continúan realizando principalmente las mujeres. Los cuidados son una necesidad básica para la vida cotidiana de las personas y, a la vez, permiten la reproducción social y de la fuerza de trabajo.

Los sistemas integrales de cuidados tienen las siguientes tres características principales:

  1. Atienden a todas las poblaciones objetivo: niñas, niños y adolescentes; personas mayores en situación de dependencia; personas con discapacidad que requieren cuidados, y personas que brindan cuidados.
  2. Avanzan hacia el reconocimiento, la reducción y la redistribución del trabajo de cuidados no remunerado: que realizan principalmente las madres, las abuelas, las niñas. Esto significa que los sistemas integrales de cuidados son fundamentales para la equidad de género, pues liberan tiempo para que las mujeres puedan terminar sus estudios, capacitarse, ingresar al mercado laboral y tener tiempo para ocio y autocuidado.
  3. Garantizan que todos los proveedores de cuidado -públicos y privados- cumplan estándares de calidad: esto requiere determinar las características que deben cumplir los proveedores de los cuidados y los resultados que se espera que los servicios tengan en las personas que reciben atención. Un sistema de garantía de calidad no sólo define estándares, sino que también monitorea el cumplimiento y actúa en caso de incumplimiento.

Los cinco componentes de los Sistemas Integrales de Cuidados según Naciones Unidas son:

  1. Servicios de cuidado: Incluyen la creación y ampliación de servicios para atender las necesidades de cuidados de diferentes poblaciones, ya sean en instituciones como los centros de cuidado infantil o servicios a domicilio o a distancia, como la teleasistencia. Pueden ser servicios de día o residenciales y de larga estadía. También, se incluyen políticas de tiempo para el cuidado, como las licencias de maternidad, paternidad y de cuidados.
  2. Regulaciones: Este componente abarca tanto la regulación del funcionamiento y la calidad los servicios de cuidado públicos y privados, como la regulación de las condiciones laborales de los y las trabajadoras del cuidado.
  3. Formación de las personas que cuidan: Los sistemas integrales de cuidados buscan formar a las trabajadoras del cuidado para mejorar sus condiciones laborales y garantizar la calidad de los servicios. Un estudio del BID concluye que hay aproximadamente 9 millones de cuidadores remunerados en la región, el 95% de ellos son mujeres. Se trata de trabajadoras, muchas veces en condiciones de precariedad, sin protección social y con bajos salarios, quienes, en algunos casos, sufren violencia física o verbal. En este componente se incluyen también los programas de certificación de las competencias laborales de las personas que cuidan.
  4. Gestión de la información y del conocimiento: Incluye la recolección de datos estadísticos, las cuentas satélites y las encuestas de uso del tiempo, que permiten medir la brecha en el tiempo dedicado a los cuidados no remunerados entre hombres y mujeres. Aunque se han realizado avances significativos, solo 16 países de la región han desarrollado Encuestas de Uso del Tiempo y los datos que arrojan estas estadísticas aún no permiten hacer comparaciones entre países dada la naturaleza heterogénea de las fuentes de datos.
  5. Comunicación para promover un cambio cultural. Es necesario promover un cambio cultural que fomente la corresponsabilidad social del cuidado, donde el Estado, el mercado, la comunidad y las familias se distribuyen las responsabilidades de los cuidados y donde, al interior de las familias, los cuidados se repartan equitativamente entre hombres y mujeres.

Financiamiento y gobernanza de los Sistemas Integrales de Cuidados

Uno de los principales desafíos para avanzar en políticas y sistemas de cuidados es su financiamiento sostenible. Implementar sistemas de cuidados que atiendan a más población y con más calidad, requiere destinar más recursos a estas políticas. Cada país debe determinar cómo avanzar gradualmente hacia la construcción de los sistemas integrales de cuidado conforme a sus prioridades y recursos.

Por lo general, los países de la región financian estas políticas con rentas generales, enfrentando desafíos como las restricciones presupuestarias y posibles cambios en la agenda pública ante nuevos gobiernos.

Si los recursos se implementan adecuadamente, los retornos económicos y sociales pueden ser significativos, incluyendo el mayor bienestar de las personas, la creación de empleo y la facilitación de la participación de las mujeres en la fuerza laboral. Esto no solo incrementa la renta familiar, sino que también activa la economía.

Un segundo desafío de los sistemas integrales de cuidado es el modelo de gobernanza. Este debe articular todos los esfuerzos y recursos de las instituciones que proveen servicios de cuidado a nivel nacional y subnacional, incluyendo la coordinación con la sociedad civil y el sector privado.

El gráfico a continuación sintetiza los componentes y principales características de los Sistemas Integrales de Cuidados y, a la vez, es la hoja de ruta que guió las conversaciones del Diálogo Regional de Políticas: "Sistemas Integrales de Cuidados: Impulsando el bienestar, la equidad y la economía en América Latina y el Caribe". El mismo tuvo lugar en Antigua, Guatemala, en julio de 2024, y fue organizado por la División de Género y Diversidad y la División de Protección Social y Salud del Banco Interamericano de Desarrollo.

Entre las principales conclusiones del Diálogo Regional de Políticas, se destaca que la región está avanzando en la consolidación de políticas y sistemas integrales de cuidados. Aunque los progresos y desafíos de cada país son diferentes, lo importante es reconocer que, en los sistemas integrales de cuidados, como en la maquinaria de un reloj, todas las piezas son relevantes. Necesitamos que todas funcionen juntas para lograr el objetivo principal: mejorar la vida de las personas.