11/12/2024 | Press release | Distributed by Public on 11/12/2024 11:02
Sin embargo, para asegurar las infraestructuras críticas, la privacidad de los clientes y la integridad de los datos, el sector de las telecomunicaciones debe tener en cuenta tanto las oportunidades como los retos que esta nueva tecnología trae consigo.
La seguridad se especifica como un principio de diseño crucial en la norma 5G. Esto suele implicar que leerás que la 5G es «segura por diseño». Sin embargo, lo cierto es que la seguridad de la 5G se limita solo a la red. No cubre los dispositivos y las tareas que los clientes utilizarán para comunicarse a través de una red 5G.
Uno de los principales retos a la hora de proteger las redes 5G es el gran aumento del potencial de ataques. A diferencia de las generaciones anteriores, la arquitectura 5G utiliza redes definidas por software (SDN), virtualización y computación en la nube, lo que crea nuevos puntos de entrada para los ciberataques. Además, el 5G permite una amplia conectividad de dispositivos, con miles de millones de dispositivos IoT que se espera que se conecten a estas redes. El aumento de los dispositivos conectados plantea importantes retos a la hora de supervisar y proteger cada punto final, lo que genera vulnerabilidades que los atacantes pueden explotar para interrumpir el servicio, robar datos u obtener el control de los dispositivos. La variedad de tipos de dispositivos hace que la seguridad sea más compleja debido a las distintas normas de seguridad y protocolos de actualización.
Otro obstáculo importante es la dependencia de terceros proveedores para las piezas esenciales de la red. Los proveedores de telecomunicaciones colaboran a menudo con proveedores externos de hardware, software y servicios de infraestructura para acelerar la implantación de la 5G y reducir gastos. Depender de estos componentes de terceros hace que las redes sean vulnerables a los ataques a la cadena de suministro, ya que las deficiencias en estos componentes podrían poner en peligro toda la red.
Dado que las redes 5G manejan una gran cantidad de datos, de los cuales una gran parte son datos sensibles, también necesitan estar protegidas mediante modernas técnicas de cifrado y privacidad de datos. Los investigadores están experimentando y estudiando técnicas de protección de datos más eficaces que puedan funcionar a gran escala sin sacrificar el rendimiento, como el cifrado resistente a la cuántica. El problema empresarial y técnico al que se enfrentan las telecomunicaciones es encontrar un equilibrio entre la necesidad de un cifrado potente y la demanda de velocidad de los datos.
Además de los retos, la transición a la 5G ofrece oportunidades de mejorar la ciberseguridad mediante la innovación. La fragmentación de la red, que la divide en secciones separadas para contener posibles brechas, es una de las medidas de seguridad más avanzadas que las empresas de telecomunicaciones pueden aplicar con la 5G. Los operadores de telecomunicaciones pueden diseñar redes virtuales con protocolos de seguridad distintos para diversos casos de uso mediante la fragmentación de la red. Por ejemplo, una porción de IoT industrial se concentraría en evitar el acceso no deseado a las máquinas, mientras que una porción de red sanitaria podría dar prioridad al intercambio seguro de datos para aplicaciones en medicina. Este método ofrece un medio de personalizar los protocolos de seguridad para satisfacer los distintos requisitos de diversas industrias.
El aprendizaje automático (ML) y la inteligencia artificial (IA) presentan otra oportunidad para la detección de amenazas y la respuesta. Los operadores de telecomunicaciones pueden utilizar análisis de seguridad basados en IA para vigilar y reaccionar ante posibles ataques de forma instantánea gracias a la gran capacidad y caudal de datos de la 5G. Los operadores de telecomunicaciones pueden luchar proactivamente contra los ciberataques utilizando algoritmos de aprendizaje automático (ML) para analizar los patrones de tráfico de la red, identificar anomalías e incluso anticiparse a los ciberataques.
En conclusión, la seguridad de las redes 5G es una tarea compleja que implica abordar nuevos retos, como una superficie de ataque ampliada, vulnerabilidades de la cadena de suministro y la necesidad de una protección de datos avanzada. Sin embargo, también proporciona a las empresas de telecomunicaciones potentes herramientas y métodos para crear medidas de seguridad más resistentes y adaptables. A través de innovaciones como la fragmentación de la red y la detección de amenazas impulsada por IA, los operadores de telecomunicaciones pueden aprovechar las capacidades de 5G para transformar sus prácticas de ciberseguridad y, en última instancia, proporcionar redes más seguras y fiables para el futuro.