12/10/2024 | Press release | Distributed by Public on 12/10/2024 16:58
GINEBRA - ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, está alarmada por el reciente aumento de personas que llegan a Sudán del Sur en necesidad de protección y asistencia, con decenas de miles de personas que huyen de la nueva violencia en las zonas fronterizas de Sudán.
Más de 20.000 personas sudanesas procedentes de aldeas fronterizas cruzaron a Sudán del Sur la semana pasada, triplicando el número de llegadas diarias en comparación con las semanas anteriores. Desde el sábado, se estima que han llegado entre 7.000 y 10.000 personas más cada día, entre ellas más refugiadas sursudanesas que abandonan los campamentos del estado del Nilo Blanco donde residían en Sudán. La mayoría de las personas desplazadas son mujeres, niñas y niños, lo que evidencia el impacto del conflicto en las poblaciones vulnerables.
Además del principal paso fronterizo de Joda, muchos están llegando por pasos informales de muy difícil acceso para ACNUR y sus socios. Todos necesitan ayuda humanitaria para salvar sus vidas, siendo el agua y la atención médica las necesidades más urgentes, especialmente dado el actual brote de cólera. Los centros de tránsito de Renk ya están saturados y albergan a casi 17.000 personas, lo que supone un aumento de 4.000 desde hace dos semanas.
Un equipo de ACNUR que visitó ayer la frontera se encontró con miles de personas caminando a lo largo de los 40 kilómetros de carretera entre la frontera y la ciudad de Renk en una fila ininterrumpida. Las familias también se habían detenido junto a la carretera, y algunas recibían alimentos y agua de las comunidades locales. ACNUR y sus socios están intensificando sus esfuerzos para apoyar a las personas recién llegadas y reforzar los servicios básicos, pero la severa infrafinanciación sigue siendo un desafío.
Dentro de Sudán, las hostilidades en torno a los campamentos de refugiados y las zonas que acogen a sudaneses desplazados plantean graves y preocupantes riesgos para la población civil, incluidas las personas refugiadas y desplazadas. La persistencia de la violencia amenaza la capacidad de ACNUR y sus socios para proporcionar protección y asistencia vital a los refugiados y desplazados sudaneses. ACNUR pide que se respete el derecho internacional humanitario y la naturaleza civil de los campamentos de refugiados, que deben seguir siendo lugares seguros para quienes huyen de la violencia, y que se salvaguarden los bienes y suministros humanitarios.
El estado del Nilo Blanco acoge a más de 400.000 personas refugiadas sursudanesas en 10 campamentos de refugiados y a más de 650.000 sudaneses desplazados que han huido del conflicto en otras partes del país. Desde el comienzo de la guerra en Sudán, hace 20 meses, este Estado meridional ha sido un lugar seguro para quienes escapaban de la violencia en otras partes del país.
Tras la escalada de las hostilidades, muchas personas refugiadas se han desplazado de los tres campamentos más afectados, algunas se han dirigido a Sudán del Sur y otras se han trasladado al otro lado del Nilo, a los siete campamentos que permanecen intactos. Las personas desplazadas internas sudanesas se han trasladado a las aldeas de las comunidades de acogida cercanas a los campamentos, y más de 1.000 familias han huido de los lugares de reunión de la localidad de Al Jabalain, trasladándose a las ciudades de Rabak y Kosti, en el estado del Nilo Blanco, en busca de protección, o más lejos, a los estados de Sennar y Kordofán del Sur.
La actividad militar y el aumento de la tensión en el paso fronterizo de Joda con Sudán del Sur son también muy preocupantes. Este paso fronterizo crítico entre Sudán y Sudán del Sur es una línea vital para los civiles que huyen de la violencia y para las operaciones humanitarias en el estado del Nilo Blanco. De las 900.000 personas que han cruzado a Sudán del Sur desde el inicio del conflicto, más de 700.000 han utilizado este paso. Mantenerlo seguro y abierto es esencial para quienes buscan seguridad y para proporcionar ayuda de emergencia a las poblaciones desplazadas a ambos lados de la frontera.
Desde que comenzó la guerra en Sudán en abril de 2023, más de 12 millones de personas se han visto desplazadas, incluidos más de 3 millones que han buscado refugio en países vecinos, lo que la convierte en una de las mayores y más acuciantes crisis de desplazamiento del mundo.
ACNUR sigue sobre el terreno en Sudán y los países vecinos, trabajando con sus socios para apoyar a millones de personas afectadas por la crisis. Pedimos urgentemente el cese inmediato de las hostilidades para proteger la vida de la población civil y garantizar la continuación de la ayuda humanitaria. Los recursos financieros para apoyar a los refugiados que abandonan Sudán siguen siendo escasos, y el Plan Regional de Respuesta a los Refugiados solo está financiado en un 30 por ciento a medida que nos acercamos al final del año.