IDB - Inter-American Development Bank

03/21/2024 | Press release | Distributed by Public on 03/21/2024 16:33

De política a la acción, la agenda climática y de biodiversidad para 2024


Actualmente, América Latina y el Caribe se encuentra en un punto de inflexión para diseñar una nueva economía sostenible. Nos encontramos frente a la oportunidad de acogernos a la revolución de la sostenibilidad como la oportunidad de desarrollo y crecimiento del siglo XXI. Este camino va mucho más allá de la protección del medio ambiente y la reducción de emisiones de carbono: se trata de crear nuevos empleos, de mejorar la salud pública, reducir brechas de género, potenciar la educación, y construir una economía próspera, resiliente al clima y justa, sin dejar a nadie atrás.

Los retos a los que nos enfrentamos no son sencillos, y los impactos del cambio climático ya están aquí. El 2023 fue el año más caluroso jamás registrado, llegando a los 1.5°C por encima de los niveles preindustriales. El calentamiento global trajo consigo olas de calor devastadoras, inundaciones, incendios y huracanes. Solo en 2024, enero ha sido el mes más caluroso registrado. Entonces, ¿cómo podemos dar vuelta a esta situación?

Nuestra región juega un papel importante para enfrentar los retos que el cambio climático trae a nivel global, asimismo, la transición a la carbono neutralidad podría traernos grandes beneficios, tanto a nivel social como a nivel económico. Actualmente generamos el 30% de energía a partir de fuentes renovables, duplicando el promedio mundial. Alojamos hasta dos tercios del litio mundial y el 38% del cobre, productos que son clave para avanzar hacia la transición verde. De igual forma, producimos suficiente comida para mantener a 1.3 mil millones de personas, y contribuimos aproximadamente con el 40% de las exportaciones globales netas de alimentos.

Sabemos que cada país es diferente y requiere de soluciones adaptadas a su propio contexto, por lo que no hay una receta única y perfecta para abordar los desafíos climáticos. Por esta razón el BID trabaja mano a mano con los países de la región. El año pasado mostramos nuestro compromiso en la COP28, y este año, con una COP de Biodiversidad en Colombia, preparando el terreno para la COP29 en Bakú y la COP30 en Belém el próximo año, el BID continúa al frente de la acción climática, dedicado a reforzar acciones en materia de clima, biodiversidad y sostenibilidad. Veamos qué nos traerá en los próximos meses del 2024 la agenda climática y de biodiversidad del BID:

De política a la acción climática

Trabajamos en estrecha colaboración con 20 países de la región para adaptar las transformaciones en materia de políticas climáticas por medio del apoyo a sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDCs por sus siglas en inglés) y estrategias a largo plazo (LTS, por sus siglas en inglés) para abordar eficazmente el cambio climático.

A través de préstamos, garantías e investigación innovadora, el BID mantiene su compromiso de continuar siendo el aliado estratégico de los países de la región. En el 2023, nuestros esfuerzos trajeron resultados significativos. Por mencionar algunos ejemplos, en Chile, respaldamos la implementación de la Ley Marco de Cambio Climático. De manera similar, en Colombia, contribuimos a la formulación del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático. Costa Rica recibió nuestro apoyo para el Plan Nacional de Descarbonización y Transición, junto con la implementación del Plan Nacional de Adaptación. En Barbados, también desarrollamos la primera Estrategia Nacional que integra desafíos climáticos y transiciones de riesgo. La lista continúa, pero estas iniciativas ejemplifican nuestro compromiso de diseñar e implementar estrategias climáticas integrales, sentando las bases para inversiones bajas en carbono y reforma de políticas resilientes al clima.

¿Qué esperar en 2024?

Herramientas y soluciones para avanzar la acción climática a la vez que alcanzamos crecimiento económico sostenible

El BID también apoya la región generando conocimiento a través de investigación de vanguardia, para proporcionar con herramientas, soluciones y políticas que permitan avanzar la acción climática y desarrollo sostenible en la región. Hemos realizado varios estudios de costo beneficio de avanzar hacia la carbono neutralidad, recomendaciones de política fiscal verde y herramientas de transición justa.

Por ejemplo, nuestro más reciente estudio indica que abordar el cambio climático es una oportunidad de desarrollo y crecimiento para los países de América Latina y el Caribe. De hecho, los beneficios económicos y sociales de la descarbonización superan con creces los costos. Si implementamos las políticas fiscales adecuadas, la transición podría generar hasta 15 millones de empleos netos para el 2030, y aportar 2.7 billones de dólares en beneficios netos para el 2050. Estos beneficios podrían venir de ahorros en combustibles fósiles, reducción de contaminación, mejoras en la salud, mejor seguridad, ganancias de productividad y seguridad energética. El potencial de creación de empleos podría expandirse hacia diferentes sectores, incluyendo la producción de alimentos a base de plantas, energía renovable, construcción y manufactura.

Sin embargo, es importante reconocer que dichas transiciones inevitablemente tendrán ganadores y perdedores. Por ello, también hemos publicado un conjunto de herramientas para ayudar a los países a reducir y compensar los impactos negativos que traerá la transición hacia la neutralidad de carbono, al tiempo que se asegura que los beneficios se distribuyan de manera equitativa.

¿Qué esperar en 2024?

Ampliando el rol de los ministros de finanzas en la atención del cambio climático

En los últimos años, se ha dado mayor reconocimiento al papel que los ministros de Finanzas desempeñan a la hora de impulsar la acción climática. Este avance ha dado paso a que se lleven a cabo iniciativas como la Plataforma Regional de Cambio Climático de los Ministerios de Hacienda, Economía y Finanzas, lanzada en 2022 por el BID y los ministerios de toda la región. El BID, desde el rol de secretaría técnica, ha estado trabajando en estrecha colaboración con los gobiernos participantes para crear un espacio colaborativo para mejorar la gobernanza y fomentar el intercambio de conocimientos sobre asuntos fiscales verdes.

Mirando hacia adelante en 2024, se espera que haya un impacto más significativo al fortalecer el liderazgo de los ministros de finanzas para abordar el cambio climático. Los ministerios seguirán trabajando en la incorporación del cambio climático y la biodiversidad en sus agendas, permitiendo que los gobiernos regionales y locales impulsen la acción climática y logren los objetivos del Acuerdo de París y biodiversidad. La Plataforma continuará funcionando como un mecanismo para compartir mejores prácticas y enfoques innovadores en áreas como taxonomías, mercados de carbono, inversión pública verde y gestión financiera. Al facilitar el diálogo, el intercambio de experiencias y la colaboración, nuestro objetivo es empoderar a los ministros de finanzas para impulsar políticas e iniciativas climáticas con impacto, que contribuyan al desarrollo regional sostenible.

¿Qué esperar en 2024?

De cero emisiones netas a políticas positivas en naturaleza

Nuestra existencia depende de la naturaleza, sin embargo, las actividades humanas están incitando una crisis existencial de biodiversidad. La naturaleza nos aporta bienes y servicios esenciales para el bienestar y la prosperidad económica, incluyendo agua, alimentos, madera, biocombustible y medicinas. Asimismo, ofrece servicios ecosistémicos indispensables como el ciclo de nutrientes, la producción de oxígeno, el control de inundaciones, el equilibrio hidrológico y la regulación del clima.

Para abordar eficazmente la crisis de la biodiversidad, debemos integrar el capital natural y las consideraciones sobre biodiversidad en nuestros procesos de toma de decisiones. Esta transformación requiere revisar la manera en la cual evaluamos, valoramos, utilizamos, conservamos y distribuimos equitativamente los beneficios derivados de la naturaleza. Nuestra nueva Estrategia Institucional reconoce a América Latina y el Caribe como una potencia natural, y nuestra economía depende en gran medida del capital natural. En el futuro, el BID continuará promoviendo la transición hacia economías positivas para la naturaleza.

El BID está al frente de la agenda de biodiversidad entre los Bancos Multilaterales de Desarrollo, copresidiendo el grupo de trabajo sobre naturaleza. En la región, estamos apoyando activamente proyectos destinados a integrar el capital natural en los ministerios, apoyando la coherencia de políticas, integrando soluciones basadas en la naturaleza, desarrollando indicadores de desempeño sólidos y sistemas de reporte, y desarrollando soluciones financieras innovadoras, incluyendo conversiones de deuda por naturaleza. También estamos apoyando a Colombia en la planificación para la próxima COP16 sobre Biodiversidad en Cali, que será un momento significativo para mostrar la innovación de la región.

¿Qué esperar en 2024?

Escalando e impulsando financiamiento concesional e innovador

En la COP28, anunciamos que triplicaremos la financiación climática directa y movilizada para la región a $150 mil millones durante la próxima década. Como Banco Multilateral de Desarrollo, seguiremos facilitando el acceso a financiamiento climático concesional y en forma de donación. En 2023, los donantes externos aprobaron más de US$400 millones en financiamiento concesional.

Hemos forjado alianzas con fondos climáticos internacionales como la Iniciativa Internacional del Clima del Gobierno Federal Alemán (IKI), el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF), los Climate Investment Funds (CIF) y el Fondo Verde para el Clima (GCF). Con los CIF, hemos sido aliados en Colombia, Brasil, Costa Rica, la República Dominicana y Honduras. También hemos asegurado subvenciones adicionales financiadas por socios como Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Canadá para apoyar la biodiversidad y la acción climática.

Las herramientas de financiamiento innovadoras están cambiando el juego. Por ejemplo, BID CLIMA ofrece a los prestatarios una donación del 5% cuando se cumplen los objetivos de naturaleza y clima. Las iniciativas de conversión de deuda, como las de Ecuador y Barbados, así como la creación de bonos vinculados a la sostenibilidad en Uruguay, están ayudando a reducir costos y conservar el medio ambiente. También estamos implementando Cláusulas de Deuda Resiliente, protegiendo a Bahamas, Barbados, Honduras y Ecuador con préstamos.

Estos proyectos en Ecuador, Barbados y Uruguay han recibido reconocimiento internacional, reflejando nuestros esfuerzos por innovar y ofrecer soluciones innovadoras en la región.

A medida que avanzamos en este 2024 y miramos hacia adelante, el imperativo es evidente: debemos forjar nuevas economías sostenibles, resilientes al clima, y justas en América Latina y el Caribe. Por medio de la innovación, colaboración y financiación sostenible, podremos dar forma a un futuro sostenible para la región. Tenemos las herramientas, tenemos la información, y sabemos qué es posible hacerlo junto con nuestros aliados. El momento de actuar es ahora, y juntos podemos crear un futuro próspero e inclusivo para todos.