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06/24/2024 | News release | Archived content

Los delitos financieros están paralizando la economía mundial. La revolucionaria tecnología de identidad lidera la lucha

Los delitos financieros están paralizando la economía mundial. La revolucionaria tecnología de identidad lidera la lucha

Desde empresas globales hasta pymes, los delitos financieros ponen sus garras en empresas de todo el mundo. La identidad organizativa descentralizada está restableciendo el equilibrio en la era digital.

Autor: Stephan Wolf

  • Fecha: 2024-06-24
  • Visualizaciones: 1

Las primeras páginas del Informe sobre delitos financieros globales de NASDAQ 2024 son una lectura desalentadora. En 2023, se estima que fluyeron a través del sistema financiero mundial más de 3,1 billones de USD en fondos ilícitos. 782.900 millones de USD se atribuyen al tráfico de drogas, 346.700 millones de USD a la trata de personas y 11.500 millones de USD a la financiación del terrorismo. Las pérdidas por estafas y fraudes bancarios ascendieron a 485.600 millones de USD. Lamentablemente, el informe también reconoce la inexactitud de estas cifras. «Representan solo una fracción del verdadero alcance, teniendo en cuenta la cantidad de delitos que no son denunciados por las víctimas ni detectados en el actual sistema financiero».

Este último punto es crucial. Ilustra que los ejemplos documentados de fraude empresarial, como los de FTX y Wirecard, son la punta visible de un iceberg de escala casi insondable, del que son responsables tanto las empresas privadas como las multinacionales cotizadas ya supeditadas a altos niveles de regulación.

Para que el sistema financiero refuerce su capacidad de lucha contra la delincuencia financiera, es necesario un enfoque coordinado y polifacético a escala mundial. Deben abordarse las deficiencias en los procedimientos operativos de las empresas, las prácticas de gestión de riesgos, la supervisión y la formulación de políticas, a escala tanto empresarial como normativa.

Este esfuerzo empieza en casa, con el compromiso de cada empresario con la transparencia financiera. Su primer paso es facilitar el acceso a los datos verificados de identidad corporativa de su empresa. El segundo paso debe ser vincular estos datos a sus transacciones y otras interacciones oficiales. Solo entonces podremos lograr la visibilidad y la trazabilidad necesarias para sacar a la luz y, en última instancia, eliminar la delincuencia empresarial.

Este es el punto de partida del que dependen todos los demás factores. Sin embargo, de los cientos de millones de entidades legales que existen en el mundo, pocas disponen hoy de esta capacidad. Para contribuir a la evolución del sistema, los reguladores de todo el mundo están insistiendo, con razón, en que las instituciones financieras endurezcan sus procedimientos de KYC y de incorporación de clientes. Sin embargo, para hacer mella de verdad, todos los actores implicados en las transacciones corporativas -desde las personas que las autorizan a escala de empresa hasta los supervisores encargados de sacar a la luz las redes delictivas- deben adoptar la innovación digital y la automatización como algo fundamental. A esta escala, la supervisión manual no solo es poco práctica, sino imposible.

La voluntad de hacer que estos datos estén disponibles es una cosa, pero la tarea de armonizarlos, para que puedan ser verificados automáticamente por cualquier contraparte o autoridad supervisora, es otra muy distinta. Esto significa negociar, entre otras cosas, las preocupaciones por la privacidad y la soberanía de los datos, el potencial de extralimitación estatal, las barreras lingüísticas y las innumerables variaciones culturales en las prácticas empresariales que, por ejemplo, definen cómo publican las empresas su información de identidad.

También hay retos sistémicos que superar: los sistemas propietarios que permiten las transacciones corporativas son intratables y se resisten a la integración, los mandatos de información varían enormemente y las normativas desajustadas siguen frustrando los esfuerzos de supervisión coordinada entre fronteras y jurisdicciones.

La tecnología es la solución milagrosa. Los recientes avances en materia de identidad organizativa descentralizada han acercado tentadoramente un futuro mejor.

Desde hace más de una década, todas las entidades legales pueden obtener un Identificador de Entidad Legal (LEI), un código único y normalizado a escala mundial que permite a cualquier persona, en cualquier lugar del mundo, confiar en que son quienes dicen ser.

Sin embargo, más recientemente, la GLEIF, la guardiana oficial del Sistema Global del LEI, ha sido pionera en una nueva forma de identidad organizativa digital, el LEI verificable (vLEI), y ha establecido el marco de gobernanza y el ecosistema de apoyo, que ya está operativo.

El vLEI ha transformado el campo de la gestión de las identidades de entidades y, específicamente, cómo pueden tener lugar las interacciones de persona a entidad o de entidad a entidad en el mundo digital. Fundamentalmente, responde a la necesidad de automatización en la verificación de entidades que equipará a la economía global para luchar contra los delitos financieros, manteniendo al mismo tiempo la privacidad y confidencialidad de los datos. Utilizando criptografía descentralizada y resistente a manipulaciones, el vLEI permite a cualquier empresa vincular digitalmente su código LEI a cada transacción y complementarlo con datos de identidad verificados para el titular de la función que autoriza esa transacción. Y debido a que los sistemas LEI y vLEI se basan en estándares de datos abiertos ISO reconocidos internacionalmente, cualquier organización puede utilizar sus servicios e implementarlos en todas las plataformas en línea. La GLEIF, que actúa como la raíz de confianza para todos los vLEI, opera independientemente de la influencia geopolítica, tecnológica y comercial, por lo que, de manera única, todo el mundo, en cualquier lugar, puede confiar en el sistema.

Desde la perspectiva de la entidad, adoptar el LEI y el vLEI significa poder establecer automáticamente una confianza computacional con socios, clientes o gobiernos en una amplia variedad de transacciones e interacciones cotidianas que aumentan enormemente la eficiencia y reducen los costes operativos. Por ejemplo, la aprobación de operaciones comerciales y contratos, la integración de clientes, operaciones en el entorno de las redes empresariales de importación/exportación y de cadenas de suministro o el envío de expedientes e informes normativos.

En resumen, todos ganan.

Para demostrar la profundidad de los datos de identidad verificados digitalmente disponibles en la práctica, el presidente de la junta directiva, el director general, el director financiero y los auditores de la GLEIF firmaron criptográficamente el informe anual de 2023 de la GLEIF utilizando los vLEI para confirmar y sellar secciones específicas de su contenido, o incluso hechos, dentro del informe o el conjunto de datos, autenticando digitalmente los datos estratégicos y financieros para siempre. Tener varios firmantes de vLEI aumenta la credibilidad, pues se logra que los documentos importantes y confidenciales sean a prueba de manipulaciones.

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