IDB - Inter-American Development Bank

11/12/2024 | Press release | Distributed by Public on 11/12/2024 08:16

Nuevo libro del BID y de Compete Caribbean propone reformas clave para impulsar la productividad empresaria

Una nueva publicación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y de Compete Caribbean insta a los países del Caribe a avanzar en reformas clave para mejorar el entorno empresarial e impulsar la productividad de las empresas con el fin de acelerar el crecimiento a largo plazo.

El libro "¿Ya hemos llegado? El camino hacia el desarrollo sostenible del sector privado en el Caribe" (disponible en inglés), analiza las oportunidades y desafíos de las principales reformas políticas destinadas a aumentar la competitividad y el dinamismo del sector privado de la región.

Este exhaustivo libro ofrece una perspectiva regional, abarcando 13 naciones caribeñas: Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Dominica, Granada, Guyana, Jamaica, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Surinam, y Trinidad y Tobago.

Esta obra llega en momentos en que el Caribe busca impulsar un crecimiento económico sostenible tras la pandemia de COVID-19. La región creció a una media anual del 1,47% durante 1960-2019, por debajo del nivel de América Latina, que fue del 1,94%, y muy por debajo del ritmo de expansión de los países de renta media y media-alta del resto del mundo, que crecieron al 3,08% y al 3,6%, respectivamente.

"El lanzamiento de esta publicación llega en un momento crucial para nuestra región. Pone de relieve el papel fundamental del sector privado para impulsar el crecimiento y el desarrollo nacionales. Al identificar desafíos clave y ofrecer soluciones regionales y recomendaciones de políticas, se alinea con la Estrategia BID+ y los pilares de nuestro programa regional ONE Caribbean", dijo Anton Edmunds, Gerente General del BID para el Departamento de Países del Caribe.

"Más que un libro, se trata de una hoja de ruta repleta de mensajes regionales e ideas específicas de cada país para promover un desarrollo económico más sostenible en el Caribe", añadió.

La obra pone particular énfasis en cuatro determinantes clave de la productividad y el crecimiento empresariales: el clima de inversión en el que operan las empresas; la calidad del capital humano en los mercados laborales locales; la capacidad de innovación de las empresas; y la disponibilidad y adecuación de la financiación empresarial. El estudio utilizó datos de la Encuesta a nivel de empresa sobre innovación, rendimiento empresarial y cuestiones de género en el Caribe (IFPG por su sigla en inglés), patrocinada por Compete Caribbean en 2020.

El análisis pone de manifiesto importantes retos en todos estos ámbitos, pero también identifica áreas críticas en las que unas políticas sólidas y basadas en pruebas tienen el potencial de estimular ecosistemas que impulsen el desarrollo sostenible.

Principales conclusiones y recomendaciones

Entorno empresarial

Desafíos: La típica empresa caribeña se enfrenta a varios obstáculos, entre ellos la dependencia de pagos informales para agilizar procesos como la obtención de licencias de importación o permisos de construcción. Además, cerca de dos tercios de las empresas informan de frecuentes cortes de electricidad o de Internet, lo que pone de relieve la necesidad de mejorar los servicios públicos.

Recomendaciones de políticas: El estudio propone la adopción de políticas para agilizar los procesos de obtención de licencias o permisos, la digitalización de procesos y servicios, la automatización de servicios públicos mediante sistemas de pago digitales, y campañas para aumentar la transparencia y desalentar la corrupción.

Brechas de calificaciones

Desafíos: Existe un desajuste significativo en el mercado laboral caribeño, con un exceso de oferta de trabajadores no calificados y un déficit de los calificados. Una de las principales razones de esta situación es la emigración de la mano de obra altamente calificada, que parte a trabajar en el extranjero.

Recomendaciones de políticas: El libro aboga por la creación de un sistema en el que potenciales empleadores e instituciones que proveen capacitación colaboren para aumentar el empleo productivo mediante el diseño de planes de estudio que se enfoquen en las competencias más demandadas. El estudio subraya la importancia de una formación profesional de alta calidad, especialmente en tecnologías de la información y la comunicación. Además, recomienda a los gobiernos que proporcionen servicios de empleo como apoyo en la búsqueda de empleo, asesoramiento laboral, colocación y contratación y selección.

Innovación y espíritu empresarial

Desafíos: A pesar de los beneficios potenciales de estimular el espíritu empresarial y la innovación, pocos países del Caribe ofrecen apoyo sistemático a los emprendedores. Las iniciativas existentes suelen ser a pequeña escala, limitadas en el tiempo y carecen de los ecosistemas necesarios para convertir los nuevos emprendimientos en empresas escalables.

Recomendaciones de políticas: Los gobiernos deben diseñar programas de apoyo a la innovación relevantes y eficaces que abarquen varias etapas del ciclo de vida empresarial, incluido el desarrollo de incubadoras y aceleradoras públicas y privadas para apoyar a los emprendedores y las empresas innovadoras. También deberían promover una mayor colaboración entre la industria y las universidades para apoyar la transferencia tecnológica.

Acceso al financiamiento

Desafíos: El acceso inadecuado al financiamiento sigue siendo un importante obstáculo para la productividad de las empresas. Los mercados de capitales caribeños están poco desarrollados y carecen de liquidez, lo que obliga a las empresas a recurrir a mercados de crédito menos adecuados. Algunos problemas estructurales, como la escasa información sobre el historial crediticio, complican aún más los procesos de concesión de préstamos.

Recomendaciones de políticas: La evidencia pone de manifiesto la necesidad de políticas que fomenten la competencia crediticia y faciliten la inclusión financiera. Entre ellas se incluyen la creación de registros y oficinas de crédito para facilitar un intercambio más eficaz de los registros de desempeño crediticio, el fortalecimiento de los derechos de propiedad y los procedimientos de insolvencia, así como la mejora de las tecnologías financieras con las salvaguardias adecuadas. Las políticas también deben promover el uso de la tecnología para mejorar la información sobre el riesgo crediticio.