22/11/2024 | News release | Distributed by Public on 22/11/2024 17:07
Para el año 2030, uno de cada siete jóvenes en América Latina trabajará en el sector servicios, alejándose de empleos agrícolas y manufactureros, en línea con tendencias anteriores.
• Sin políticas públicas para hacer frente a los nuevos desafíos laborales, la juventud podría enfrentar mayores tasas de desempleo e informalidad.
• El estudio destaca áreas prioritarias de acción para formalizar el empleo juvenil y mejorar su calidad.
Madrid, 22 de octubre de 2024. Un estudio prospectivo de Ayuda en Acción y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de las Naciones Unidas proyecta que la juventud en América Latina experimentará cambios importantes en sus oportunidades laborales en el corto plazo debido a las transformaciones tecnológicas, demográficas y medioambientales que impactan e impactarán crecientemente sus sociedades y economías. En un contexto donde los empleos tradicionales en agricultura y manufactura se están reduciendo, la mayoría de las y los jóvenes ingresará al sector servicios, cuya expansión plantea serios desafíos de productividad e inclusión laboral.
A corto plazo, el cambio de sectores laborales podría ofrecer oportunidades de empleo formal a la juventud de la región. Sin embargo, el estudio subraya el riesgo de que, a mediano plazo, ante la falta de políticas públicas que se anticipen a los impactos de estas transformaciones, podría haber un aumento en la precariedad laboral y el desempleo juvenil.
"Sin políticas públicas específicas para mitigar estos riesgos, las tasas de desempleo e inestabilidad laboral podrían crecer, sobre todo ante el impacto del cambio climático y otros procesos migratorios que intensifican la competencia laboral en zonas urbanas," señala Matías Figueroa, director de Programa Europa de Ayuda en Acción.
Desafíos y proyecciones para 2030
El análisis de Ayuda en Acción y CEPAL plantea un escenario realista donde el 70% de la juventud ocupada en 2030 se concentraría en los servicios públicos y empresas (34,6%), comercio (30,2%) y servicios básicos (6,4%), mientras que un menor porcentaje se ubicaría en manufactura (13,3%), agricultura (8,2%) y construcción (7,4%). La rápida expansión del sector servicios, sin embargo, presenta un riesgo: en ausencia de políticas adecuadas, podría haber una presión al alza en las tasas de desempleo y precariedad laboral juvenil, especialmente en zonas urbanas.
El informe de Ayuda en Acción y CEPAL destaca que el futuro del empleo juvenil en América Latina dependerá de la capacidad de los países para anticiparse a los cambios y fortalecer su estructura productiva. El desarrollo sostenible y la inclusión social deben guiar las políticas de empleo para la juventud de la región, asegurando que esta generación tenga oportunidades reales de crecimiento y estabilidad.
"La juventud tiene el potencial de ser un motor de cambio estructural en América Latina. Es esencial que sus necesidades y aspiraciones se conviertan en el centro de las políticas de desarrollo en la región para garantizar un futuro laboral digno y sostenible," añade Mariana Huepe, editora del Estudio prospectivo de empleo juvenil en América Latina.
Estrategias y recomendaciones: áreas clave de acción para 2030
Para contrarrestar estos desafíos y garantizar empleos dignos para los jóvenes, Ayuda en Acción y CEPAL destacan áreas prioritarias que requieren atención urgente:
1. Formalización del empleo juvenil: El estudio recomienda la implementación de programas orientados a reducir la alta tasa de informalidad laboral que afecta a las personas jóvenes de la región, brindando protección social y mejorando la calidad de los empleos.
2. Generación de empleos de calidad: La promoción de empleo juvenil debe enfocarse en sectores de alto valor, con especial atención a servicios públicos, tecnología y energías sostenibles, sectores que ofrecen mayor estabilidad y oportunidades de desarrollo.
3. Reducción de las brechas de género: Combatir las desigualdades de género en el mercado laboral resulta esencial para garantizar la inclusión de las mujeres jóvenes en empleos de calidad, promoviendo la equidad en las oportunidades.
4. Fortalecimiento de sistemas de información laboral: Dotar a las personas responsables de la elaboración de políticas públicas y a la juventud de datos actualizados y fiables sobre el funcionamiento del mercado laboral es fundamental para facilitar su inserción laboral y mejorar la calidad de sus empleos.
5. Invertir en educación y formación: Fortalecer los programas de capacitación profesional y reforzar la calidad de la educación y la formación técnica permitirán a la juventud responder a las demandas cambiantes del mercado laboral, especialmente en un entorno de alta automatización y transformación digital.
"Invertir en la juventud es lo más justo socialmente, pero también es lo más inteligente para el futuro de la región. Esto requiere una concepción integral de las políticas hacia adolescentes y jóvenes, trabajando activamente para superar las brechas existentes y reducir las desigualdades", valora Matías Figueroa.
"Asimismo, es esencial que las políticas enfocadas en las juventudes incluyan la participación de las personas jóvenes en la toma de decisiones y en la formulación de las políticas que les atañen", concluye Andrés Espejo, oficial de asuntos económicos de la CEPAL participante del estudio.