07/31/2024 | Press release | Distributed by Public on 07/31/2024 11:41
Ahora, todos los días, Francine, de 49 años, camina 15 minutos desde su casa en el asentamiento de refugiados de Tongogara, al sureste de Zimbabue, hasta un centro de cría de insectos que alberga moscas soldado negras en jaulas hechas con palos de madera y mosquiteras. Controla la temperatura, limpia las jaulas y alimenta a las larvas con residuos orgánicos, como restos de verduras.
Los gusanos se utilizan para fabricar una alternativa más barata y rica en proteínas a los alimentos tradicionales para animales con los que Francine alimenta a sus gallinas. Los beneficios, tanto para ellas como para su familia, han sido transformadores.