Sostenibilidad y transformación digital como claves para la industria del futuro

El sector de la construcción, tradicionalmente vinculada a procesos intensivos en recursos y energía, se encuentra hoy en día en una encrucijada. Hoy, el reto de reinventar nuestro sector no es solo un desafío, sino una oportunidad única para redefinir su futuro. En Molins, creemos firmemente que la digitalización y la sostenibilidad son esenciales para un modelo de negocio sólido y responsable. La tecnología nos ofrece el medio para transformar procesos y reducir nuestra huella de carbono, avanzando en nuestro compromiso con el medio ambiente.

En ese escenario, la digitalización de procesos es un pilar en una estrategia de presente y de futuro. De hecho, nuestra hoja de ruta digital comprende más de 50 iniciativas distribuidas en seis áreas clave: Customer Experience, Industria 4.0, Data y Analytics, Employee Experience, Digital Enterprise, e Infraestructuras.

La implementación de soluciones digitales avanzadas impulsa la eficiencia, el crecimiento y, sobre todo, la mejora en la experiencia y satisfacción del cliente final. Y en esa hoja de ruta digital juegan un papel esencial tecnologías como la inteligencia artificial y los gemelos digitales, que están cambiando radicalmente la manera en que gestionamos nuestras operaciones.

Inteligencia artificial para optimizar rendimientos

Estas tecnologías nos permiten tomar mejores y más rápidas decisiones y optimizar procesos en todos los ámbitos de la compañía, lo que dispara nuestra competitividad. Además, no solo optimizan la producción, sino que también nos ayudan a minimizar el consumo de recursos críticos como el agua y la energía.

Por ejemplo, hemos implementado una herramienta de optimización de procesos que nos permite reducir el consumo térmico en los hornos, disminuir las emisiones de CO2 e incrementar la productividad. Este programa emplea tecnologías de inteligencia artificial para, a partir de la recolección de datos, recomendar variaciones en los procesos y optimizar así su rendimiento.

Otro ejemplo es la implementación de inteligencia artificial en el control de calidad del cemento. Esta herramienta permite analizar continuamente datos para predecir los parámetros de calidad, manteniendo así los estándares consistentes y eficientes. Esto nos permite reducir los costes de producción y energía, así como impulsar cementos de menor huella de carbono.

Digitalizar para medir el éxito

Medir el impacto de nuestras iniciativas es clave para asegurar que las inversiones digitales generan resultados concretos. Hemos desarrollado métricas específicas que nos ayudan a evaluar el retorno de cada proyecto, desde la perspectiva del crecimiento económico y la reducción de emisiones. La tecnología facilita recopilar e interpretar todos los datos generados dentro de la empresa, además de agilizar el análisis y la elaboración de informes sobre iniciativas de sostenibilidad.

En ese sentido, el análisis de datos nos permite monitorear el rendimiento y la efectividad de todas nuestras operaciones, desde la producción y comercialización de nuestras soluciones hasta la calidad del servicio al cliente, entre otras actividades. Las plataformas de análisis de datos nos proporcionan un registro histórico de nuestros procesos y facilitan la interpretación de datos, permitiendo una mejor toma de decisiones. Con esto, podemos anticiparnos a las expectativas de nuestros clientes, generando relaciones sólidas y de largo plazo en torno a objetivos compartidos de sostenibilidad y eficiencia.

Todos estos ejemplos nos muestran cómo el futuro de la industria debe ir de la mano con la digitalización, la tecnología y la sostenibilidad. En Molins, aspiramos a liderar este cambio, demostrando que la rentabilidad y el compromiso con el medioambiente pueden y deben coexistir. La digitalización y la innovación no solo optimizan nuestros procesos, sino que nos acercan a nuestra visión de construir un mundo más sostenible. Liderar esta transformación es nuestra responsabilidad y nuestro reto, y en Molins estamos preparados para afrontarlo.

Artículo publicado en El Economista