UNICEF - Comité Español

09/08/2024 | Press release | Distributed by Public on 09/08/2024 12:30

Gaza: la implacable guerra causa horrores entre los niños Palabras de Salim Oweis tras volver de la Franja

La implacable guerra en Gaza sigue infligiendo horrores a los niños y las niñas

Resumen de las palabras de Salim Oweis, oficial de comunicación de UNICEF, en la conferencia de prensa de hoy en el Palacio de las Naciones en Ginebra

Intervención de Salim Oweis en el Palacio de Naciones, AQUÍ.

Material audiovisual disponible AQUÍ.

AMÁN / GINEBRA, 9 de agosto de 2024- "La implacable guerra en Gaza sigue infligiendo horrores a miles de niños y niñas, y mantiene a muchos de ellos separados de sus seres queridos. El sábado conocí a Yahya, de ocho meses. Cuatro días y varios intentos después, tras un largo y peligroso viaje juntos a través de puestos de control militares al norte de la Franja de Gaza, Yahya conoció a su padre, Zakaria, por primera vez.

El pequeño Yahya nació en el hospital Kamal Adwan el 27 de noviembre de 2023. El niño nació de forma prematura y fue trasladado al hospital Shifaa para recibir atención médica neonatal. Poco después, se llevó a cabo una operación militar en los alrededores del hospital Shifaa y fue evacuado al hospital Al-Aqsa en Deir al-Balah, en el centro de la Franja de Gaza. Pero sus padres se vieron obligados a quedarse en el norte.

Cuando se recuperó, Yahia fue finalmente ubicado en un hogar de acogida temporal y se mantuvo a salvo con el apoyo de UNICEF y sus aliados, quienes lograron mantenerse en contacto con su familia. Finalmente, llegó el momento de reunirlo con su madre y su padre, quienes tuvieron que soportar meses de incertidumbre y miedo antes de poder tenerlo en sus brazos.

La exitosa misión incluyó a siete niños de cuatro familias y supuso un raro momento de alegría en un entorno por lo demás sombrío. Pero no estuvo exenta de complejidades. A nuestra misión se le ha negado el acceso tres veces antes, a pesar de la coordinación previa y las aprobaciones iniciales. Apenas dos semanas antes, otro vehículo de UNICEF en una misión de reunificación fue alcanzado por tres balas mientras esperaba en un punto de espera en su camino hacia el norte. Pero nuestra pequeña victoria -ver a Zakaria llorar de alegría y alivio- es la razón por la que persistimos a pesar de los muchos desafíos.

Me quedé conmocionado por la profundidad del sufrimiento, la destrucción y el desplazamiento generalizado en Gaza. Las imágenes que el mundo ve en la televisión ofrecen una importante visión del infierno que la gente está padeciendo desde hace más de diez meses. Lo que no muestra del todo es cómo, detrás de los edificios derrumbados, barrios enteros, medios de vida y sueños han quedado arrasados.

Cuando ves la imagen de una madre desplazada cargando a su hijo y todas sus posesiones en su espalda, no ves a cientos de personas desarraigadas siguiéndola por el camino.

Un niño perdido, como Yahya, es realmente la historia de miles.

La vida de un niño o de una niña en Gaza, en el décimo mes de este conflicto, no es una vida. No podemos decirlo lo suficiente: no hay ningún lugar seguro y todo se está acabando: comida, agua, combustible, medicinas. Todo.

Cuando uno camina por los laberintos de refugios improvisados, se hace difícil trepar por la arena sobre la que se encuentran y se percibe el fuerte olor a aguas residuales que impregna los caminos de alrededor. Llama la atención la cantidad de niños y niñas que rondan por ahí y preguntan una sola cosa: "Señor, ¿cuándo terminará la guerra?".

El agua y los residuos son un gran problema.

En Deir al-Balah, donde ha huido la mayor parte de la población desplazada en los últimos meses, se calcula que el sistema de saneamiento, que funciona parcialmente, está sobrecargado siete veces su capacidad debido a estas oleadas masivas de desplazamientos a la zona. En consecuencia, la red de alcantarillado, que tiene décadas de antigüedad, está en su mayor parte obstruida y presenta fugas.

Las familias me pidieron urgentemente jabón y productos de higiene. Usan agua y sal para limpiar a sus hijos o agua hirviendo con limón para tratar las irritaciones. Me dicen que los médicos no tienen la capacidad ni los medicamentos para tratarlos, ya que cada hora llegan casos más graves y no hay suministros en los estantes. Y así, los sarpullidos se propagan.

También hay una grave falta de medicamentos para niños y niñas con enfermedades preexistentes, como cáncer y enfermedades congénitas.

En el hospital de Al-Aqsa conocí a Abdel Rahman, un niño de 10 años que sufrió una herida en la pierna durante un ataque aéreo. Su pierna nunca se curó y, tras un seguimiento médico, le diagnosticaron un cáncer de huesos. Su madre, Samar, me dijo con la voz entrecortada: "Deseo que mi hijo muera y no sufra como lo está haciendo ahora. ¿Puedes creer lo que deseo ahora?".

Una niña o un niño enfermo en la Franja de Gaza ha sido condenado a una muerte lenta porque no puede recibir el tratamiento que necesita y es poco probable que sobreviva lo suficiente para salir de allí.

Su única esperanza de supervivencia es un alto el fuego. Los niños y niñas de Gaza siguen aferrándose a la creencia de que ese día llegará, y UNICEF comparte esa esperanza. Lograr un alto el fuego todavía es posible, más necesario ahora que nunca, y hace mucho que debería haberse logrado. Todos deben hacer todo lo que esté en su poder para promoverlo".

Para colaborar con el trabajo de UNICEF en la emergencia de Gaza:https://www.unicef.es/causas/emergencias/gaza

Acerca de UNICEF
UNICEF trabaja en algunos de los lugares más difíciles para llegar a los niños y niñas más desfavorecidos del mundo. En 190 países y territorios, trabajamos para cada niño, en todas partes, cada día, para construir un mundo mejor para todos.

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