IDB - Inter-American Development Bank

08/26/2024 | Press release | Distributed by Public on 08/26/2024 06:07

Más que una infraestructura, un modelo de atención integral para mujeres vulnerables


República Dominicana ha experimentado uno de los crecimientos económicos más notables de América Latina y el Caribe. En los últimos 10 años ha duplicado su producto interno bruto (PIB) per cápita, acercándose a los niveles de ingreso de los países parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Aunque ha hecho la tarea en términos de crecimiento económico y sistema político estable, aún enfrenta desafíos impostergables para atender las brechas sociales y lograr un desarrollo sostenible. Dos de estos desafíos afectan a una buena proporción del 50% de la población dominicana, las mujeres: la violencia y el embarazo adolescente.

Violencia contra las mujeres y embarazo adolescente

República Dominicana cuenta con tasas elevadas de violencia contra las mujeres, tanto a nivel nacional como regional. De acuerdo con datos de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), el 69% de las mujeres mayores a 15 años ha experimentado algún tipo de violencia en su vida.

En cuanto a embarazos en adolescentes, República Dominicana es el sexto país de la región con la tasa de embarazo adolescente más alta. Esto significa que una de cada cinco adolescentes ha quedado embarazada, más del triple que en los países de la OCDE.

La violencia y el embarazo adolescente, además de tener profundas consecuencias negativas para las mujeres, genera costos sociales y económicos para toda la sociedad. Ambos son problemas complejos y sensibles, cuya atención requiere de una respuesta que articule políticas e intervenciones con un enfoque integral.

Una respuesta para las mujeres en República Dominicana

Consciente de estos desafíos, el país asumió el compromiso de invertir US$20 millones financiados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en la creación de dos Centros de Desarrollo Integral para la Mujer en situación de vulnerabilidad, a los que ha llamado CEDI-Mujer. Uno está ubicado en Santiago y el otro en Santo Domingo Norte.

La responsabilidad de gestión de estos centros es del Gabinete de Política Social, quien articula y coordina a las instituciones públicas que ofrecerán sus servicios bajo un mismo techo. La misión de CEDI-Mujer es impulsar el desarrollo integral de las mujeres adolescentes y adultas, con servicios especializados y estratégicamente seleccionados a través de un modelo de gestión innovador, articulado y sostenible.

Además de la atención integral como modalidad de prestación de servicios, se han desarrollado los procesos y las herramientas de gestión centrada en la persona. Esto asegura la máxima coordinación intrainstitucional e interinstitucional, de manera que la usuaria de CEDI-Mujer no perciba que está siendo atendida por distintas instituciones, sino por un equipo humano interdisciplinario de manera coordinada y personalizada.

La visión de CEDI-Mujer es que todas las mujeres sean económicamente autónomas, vivan en un entorno libre de violencia y cuiden de su salud sexual y reproductiva.

Para optimizar la gestión integrada de casos se ha implementado en CEDI-Mujer un sistema de gestión de expediente único. Toda la información relevante de cada usuaria está recogida en un expediente sujeto a estrictas reglas de acceso a la información.

Entre los servicios que se prestarán de manera coordinada y articulada en el centro están:

  • Salud sexual y reproductiva
  • Atención y prevención de violencia
  • Atención a mujeres adolescentes
  • Autonomía económica
  • Formación comunitaria
  • Espacio de atención infantil para las usuarias del centro

El primer gran hito para CEDI-Mujer

En agosto de 2024 se cumplió un gran primer hito, la recepción de la obra de infraestructura del primer centro, CEDI-Mujer Santiago. Con ello se demuestra el compromiso del Gobierno dominicano de invertir en superar los desafíos que implican la violencia contra la mujer y el embarazo adolescente.

Desde el BID celebramos este logro, reconociendo que aún falta un camino por recorrer en la implementación del modelo de atención que permita mostrar resultados e impacto traducidos en un empoderamiento integral. Así, las mujeres de República Dominicana podrán vivir en un entorno libre de violencia, ser económicamente autónomas y cuidar de su salud sexual y reproductiva.